- Ernesto Ballesteros
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¿Alguien te ha hablado del PABA y has puesto cara rara? No eres el único. Muy poca gente sabe qué significa ese nombre tan poco atractivo: Ácido Para-aminobenzoico. Suena a sacado de un laboratorio, pero lo curioso es que tu cuerpo lo conoce mejor de lo que piensas, y hasta lo necesita para funcionar bien. Mientras la fiebre de suplementos recorre los gimnasios, las farmacias y hasta los grupos de WhatsApp de padres en busca del "truco saludable", la PABA siempre queda en segundo plano, eclipsada por los multivitamínicos de moda y los batidos proteinados que prometen milagros. Lo raro es que, siendo tan poco famosa, juega un papel decisivo en tu día a día. Al final del día, todos queremos tener más energía, lucir mejor por fuera y sentirnos menos cansados. Y aquí es donde, sorprendentemente, la PABA puede echarte un cable.
¿Qué es la PABA y por qué podría interesarte?
PABA, o Ácido Para-aminobenzoico, forma parte del complejo de la vitamina B. Ojo: no es en sí una vitamina, aunque durante años se pensó que sí. Técnicamente es lo que los científicos llaman un "factor de crecimiento". Las bacterias en tu intestino lo usan para fabricar ácido fólico, que ese sí que te suena porque lo anuncian hasta en la tele para embarazadas. Pues resulta que la PABA es la pieza que cierra ese puzzle, porque sin ella no hay folato, y sin folato todo el sistema de energía, sangre y defensa de tu cuerpo da tumbos.
Un dato curioso: en los años 40 la PABA se usaba como base de la mayoría de los protectores solares. ¿Por qué? Porque es capaz, literalmente, de hacer rebotar los rayos UV. Luego se fue dejando de lado porque a algunas personas les daba alergia en la piel, pero ahí queda el dato: la PABA, aunque ahora se usa sobre todo por vía oral en suplementos, ya tenía fama de proteger tu cuerpo mucho antes. Se la asocia también con la salud de la piel, el cabello y un metabolismo más ágil. Varios estudios pequeños han mostrado que puede ayudar a personas propensas a las canas prematuras o con algunos problemas autoinmunes de piel. Nada mágico, pero real.
No te voy a endulzar la historia: si buscas un superalimento que cure todos los males, vas a llevarte una decepción. Lo cierto es que la PABA no es una poción mágica. Pero sí hay evidencias palpables: ayuda a que tu piel se recupere mejor del daño solar (de ahí su pasado como filtro solar), puede suavizar algunos síntomas de ciertas enfermedades raras que afectan el tejido conectivo, y también juega un papel en el equilibrio del oxígeno en tus glóbulos rojos. En mi casa, Olmo siempre anda investigando estrategias para no quemarse en la piscina en verano, y cuando descubrió que la PABA ayudaba a las células a no resecarse tanto bajo el sol, me puso a probar suplementos. Admito que se nota en la recuperación después de una tarde entera bajo los rayos.
La clave está en el detalle: no abuses. Hay gente que, como todo en la vida, piensa que más es mejor. Pero con la PABA no va así. Ni te va a convertir en Ironman ni te va a quitar veinte años de encima. Si te interesa, lo ideal es no superar los 400-500 mg diarios, que es lo que suelen traer las cápsulas recomendadas. Si ya comes bien y tienes una dieta equilibrada (legumbres, verduras, granos integrales), es posible que tu cuerpo produzca y absorba lo justo. Pero si has notado que tu piel pierde elasticidad o te levantas apagado, probar un suplemento durante unas semanas puede darte la pista de si andabas corto.

Beneficios reales de la PABA que no querrás perderte
Vale, el primer mito: la PABA no va a curar la calvicie, pero tampoco es eso lo que la hace especial. Empecemos por su función estrella: PABA contribuye a la producción adecuada de ácido fólico, esencial para que tu sangre sea eficiente llevando oxígeno por todo el cuerpo. ¿Sabes esa sensación rara de pies cansados, manos frías o de estar a medio gas en cualquier cosa que haces? A veces, detrás de esas señales está un problema con los folatos. Sin suficiente PABA, tu cuerpo va a remolque creando el folato que necesita.
Luego está su vínculo con la piel y el cabello. Se ha visto que puede ayudar a retrasar la aparición de canas cuando el problema es carencial o hereditario. No las borra, pero algunas personas notan que su pelo recobra brillo y fuerza al tomar PABA un par de meses. En casos de enfermedades autoinmunes de la piel, como la esclerodermia o el vitíligo (esa en la que salen manchas blancas), los médicos han probado dosis controladas de PABA para reducir síntomas, y, aunque los resultados no son milagrosos ni universales, han encontrado pequeñas mejoras en la pigmentación y elasticidad de la piel.
¿Eres de los que se pone rojo como un cangrejo en la playa, aunque uses cremas y sombrero? La PABA ayuda a reforzar la protección natural de la piel contra el daño solar, porque estimula la formación de melanina y hace que tu piel "retenga" mejor la hidratación. Y, como dato curioso y menos conocido, juega un papel pequeño, pero importante, en la buena salud de las articulaciones, porque interviene en la formación de colágeno. Varios atletas han probado usar PABA para reducir el tiempo de recuperación tras excesos deportivos: no es mágico, pero sí ayuda un poco con esa sensación de "tirantez" muscular.
Pero ojo: la PABA también tiene enemigos. No es amiga de todo el mundo. Algunas personas con enfermedades autoinmunes o alergias severas pueden presentar síntomas adversos, como erupciones o problemas digestivos si la toman en exceso. No es lo más frecuente, pero ahí está el aviso, porque con la salud no se juega. A Brais nunca le han caído bien los suplementos raros y, cuando probó la PABA, tuvo que dejarlo porque le daba dolor de tripa. Así que mi consejo es simple: si nunca la has probado, empieza con dosis bajas, observa tu cuerpo y, si notas algo raro, pausa e investiga. A veces perder el miedo a algo nuevo empieza consultando con un médico de confianza o con un nutricionista que conozca tu historial.
La PABA se ha estudiado también en el contexto de la fatiga crónica y el bajo estado de ánimo, sobre todo en personas con déficits del grupo B. No esperes milagros, pero puede ser un empujón para quienes llevan mucho tiempo sintiéndose con energía a la mitad. Por último, aunque menos conocido, hay cierta evidencia de que la PABA puede ayudar a la fertilidad masculina y a la producción de neurotransmisores que regulan el estrés y el sueño. Todo suma si buscas sentirte más activo por dentro y por fuera.

Consejos prácticos para aprovechar la PABA y evitar errores comunes
Aquí no hay trucos secretos: la clave está en la regularidad y la observación. Si decides incorporar PABA a tu día a día, ten en cuenta tres cosas. Primera, la calidad del suplemento: no compres el primero que veas en internet porque hay de todo. Busca siempre marcas que certifiquen la pureza y la procedencia. Segunda, la dosis. No empieces por la máxima, prueba primero con 100-200 mg y sube poco a poco si tu cuerpo lo tolera bien.
Un truco sencillo: la PABA suele absorberse mejor con alimentos, especialmente si desayunas cereales integrales, frutas y un poco de proteína. Así reduces el riesgo de molestias estomacales y mejoras su eficiencia. Procura separar la toma de cafeína, porque puede afectar a cómo se absorbe. Si tienes el hábito de tomar suplemento por la mañana y café al instante, déjalo para media hora más tarde.
- Mucho ojo con automedicarte si tomas otros tratamientos, sobre todo antibióticos tipo sulfonamidas. La PABA puede disminuir su eficacia.
- Si tienes tendencia a los problemas de riñón o hígado, consulta con el médico antes de meterte en suplementos nuevos.
- Guarda los botes bien cerrados, fuera del alcance de niños. No es tóxico en dosis bajas, pero a los peques les encanta hurgar.
¿Dónde encuentras PABA de manera natural? Nada mejor que los garbanzos, lentejas, arroz integral, espinacas o champiñones. Mi despensa siempre está llena de estos alimentos, y si tienes niños (como Olmo y Brais), es una forma sencilla de que su cuerpo obtenga pequeñas dosis regulares sin obsesionarse con las pastillas. Los frutos secos, especialmente las nueces y almendras, son otro clásico que aporta una ración decente.
Dato para los escépticos: si decides que después de probar la PABA con regularidad no notas cambios, déjala. No existe suplemento en el mundo que valga para todos. Piensa en la PABA como un extra pequeño, un empujón más entre los hábitos saludables tipo dormir más y mejor o moverse a diario. Los expertos coinciden: mejor variar los alimentos y asegurarte de que la dieta te mantiene en equilibrio, que pasarte la vida buscando soluciones mágicas.
Eso sí, si notas que tu piel responde bien, que tienes más energía y que tu digestión mejora, quizá tu cuerpo agradecía esa ayuda. Apunta en un cuaderno los cambios, desde la elasticidad de la piel hasta la claridad mental (donde vas notando si rindes más en el trabajo o en clase).
Quedarse con las ganas de sentirse mejor es perder una oportunidad, y para eso está la información: para tomar decisiones claras y, por qué no, disfrutar más de tu salud sin complicarte la vida.