Curación de la Hepatitis C: todo lo que necesitas saber
La hepatitis C ya no es una sentencia de por vida. Gracias a los antivirales de acción directa (AAD) incluso pacientes con fibrosis avanzada pueden lograr una cura completa. En esta guía te explico qué fármacos están disponibles, cómo iniciar el tratamiento y qué cuidar durante el proceso.
¿Qué tratamientos curan la hepatitis C hoy?
Los AAD combinan dos o tres moléculas que atacan al virus en diferentes fases de su replicación. Los regímenes más usados son Sofosbuvir/Velpatasvir (Epclusa) y Glecaprevir/Pibrentasvir (Mavyret). Ambos se toman en pastillas una o dos veces al día y suelen durar entre 8 y 12 semanas, sin necesidad de interferón ni inyecciones.
Estos fármacos son eficaces contra los siete genotipos del virus, por lo que no importa cuál sea el tuyo. La tasa de curación (SVR12) supera el 95 % en la mayoría de los ensayos clínicos, incluso en pacientes con cirrosis compensada.
Pasos prácticos para iniciar y completar la terapia
Primero, acude a tu médico o a un centro especializado para confirmar el diagnóstico con una PCR y determinar el genotipo. Después, el especialista evaluará tu estado hepático, posible coinfección (VIH, hepatitis B) y medicaciones que estés tomando.
Si todo está listo, recibirás la receta del AAD elegido. Es fundamental seguir al pie de la letra la dosis y la duración indicada; saltarse una toma o acortar el tratamiento disminuye la probabilidad de curación.
Durante las semanas de terapia, se hacen controles de laboratorio cada 4 o 8 semanas para comprobar la carga viral y la función hepática. La mayoría de los pacientes no experimenta efectos secundarios graves; los más comunes son fatiga leve, dolor de cabeza o náuseas que desaparecen al cabo de pocos días.
Al terminar el ciclo, se repite una PCR a las 12 semanas (SVR12). Si el virus no se detecta, se considera curado. En casos raros de recaída, el médico puede cambiar a otro AAD o prolongar la terapia.
Además del medicamento, mejora tus resultados con hábitos saludables: evita el alcohol, mantén una dieta equilibrada y controla otras enfermedades como la diabetes o la hipertensión. Estos factores ayudan al hígado a recuperarse más rápido.
Si tienes dudas sobre interacciones con otros fármacos (por ejemplo, estatinas o anticoagulantes), consulta siempre con tu farmacéutico. La mayoría de los AAD tienen pocas interacciones, pero es mejor confirmarlo.
En resumen, la curación de la hepatitis C está al alcance de cualquier adulto que siga el tratamiento recomendado y mantenga una buena comunicación con su equipo médico. Con los AAD actuales, una vida libre de virus es una realidad palpable.
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