Hiperuricemia: qué es, por qué aparece y cómo bajarla
Si alguna vez te han dicho que tienes niveles altos de ácido úrico, lo más probable es que estés frente a la hiperuricemia. No es una enfermedad por sí sola, pero sí es la pista de que tu cuerpo está acumulando más ácido úrico del que puede eliminar. Ese exceso puede acabar provocando gouta, cálculos renales o problemas articulares. En este artículo te explico de forma práctica qué la causa, cómo identificarla y qué puedes hacer para controlarla día a día.
Principales causas de la hiperuricemia
Los factores que hacen subir el ácido úrico son varios y, a menudo, se combinan.
Dieta rica en purinas: alimentos como carne roja, mariscos, vísceras (hígado, riñón) y algunas legumbres aumentan la producción de ácido úrico cuando se digieren.
Consumo de alcohol, especialmente cerveza y licores fuertes, reduce la capacidad de los riñones para eliminar el ácido úrico.
Obesidad y síndrome metabólico: el exceso de grasa corporal hace que el cuerpo produzca más ácido úrico y dificulta su excreción.
Medicamentos: algunos diuréticos, antiinflamatorios y fármacos usados para la hipertensión pueden elevar los niveles.
Factores genéticos: si en tu familia hay casos de gouta o hiperuricemia, es más probable que tú también la desarrolles.
Síntomas y cómo detectar la hiperuricemia
En muchos casos la hiperuricemia no produce síntomas evidentes hasta que aparece una complicación, como la gouta. Sin embargo, puedes observar:
- Dolor e inflamación en una articulación, típicamente el dedo gordo del pie.
- Sensación de ardor o picor en la zona de los riñones cuando hay cálculos.
- Fatiga inexplicable o malestar general.
La única forma segura de saber si tienes hiperuricemia es mediante un análisis de sangre que mide el nivel de ácido úrico. Los valores normales rondan los 3,5‑7 mg/dL para hombres y 2,6‑6 mg/dL para mujeres. Si superas esos rangos, es momento de actuar.
Tratamiento y cambios prácticos
Controlar la hiperuricemia combina medidas de estilo de vida y, cuando es necesario, medicamentos.
Dietas bajas en purinas: reduce la carne roja y los mariscos, elige pollo sin piel, lentejas en moderación y aumenta frutas y verduras frescas. El cerezo (cereza) ha demostrado ayudar a bajar los niveles.
Hidratación: beber al menos 2 litros de agua al día ayuda a los riñones a eliminar el ácido úrico.
Limita el alcohol: si bebes, hazlo con moderación y evita la cerveza.
Ejercicio regular: caminar, nadar o montar en bicicleta 30 minutos al día ayuda a controlar el peso y la sensibilidad a la insulina, lo que favorece la eliminación del ácido úrico.
Medicamentos: cuando los cambios de hábito no bastan, el médico puede recetar alopurinol o febuxostat, fármacos que reducen la producción de ácido úrico. En episodios agudos de gouta se usan antiinflamatorios como colchicina o ibuprofeno.
Es fundamental seguir las indicaciones del profesional y hacer revisiones periódicas del nivel de ácido úrico. Con una combinación de dieta, hidratación y, si es necesario, medicación, la hiperuricemia se puede mantener bajo control y evitar complicaciones graves.
Recuerda, no basta con cambiar una cosa aislada; el éxito está en construir hábitos sostenibles que mantengan tu cuerpo equilibrado. Si sospechas que puedes estar afectado, pide a tu médico un análisis y empieza a aplicar estos consejos hoy mismo.
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