- Ernesto Ballesteros
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Cuando una mujer descubre que tiene Enfermedad de Hodgkin es un tipo de linfoma que afecta el sistema linfático y se presenta frecuentemente en adultos jóvenes, la incertidumbre puede ser abrumadora, sobre todo si está Embarazo es el proceso fisiológico que lleva al desarrollo de un feto dentro del útero. Este artículo explica, paso a paso, qué esperar, cómo se manejan los tratamientos y qué decisiones están al alcance de la paciente y su equipo médico.
¿Qué es la enfermedad de Hodgkin?
La Enfermedad de Hodgkin es un linfoma de Hodgkin, caracterizado por la presencia de células Reed‑Stenberg en los ganglios linfáticos. Representa alrededor del 10% de todos los linfomas y suele diagnosticarse entre los 20 y 35 años, una edad coincidente con la mayoría de los embarazos.
Los síntomas más habituales incluyen inflamación indolora de ganglios (cuello, axilas o ingle), fiebre intermitente, sudoración nocturna y pérdida de peso. El diagnóstico se confirma mediante biopsia excisional y estudio histológico.
Impacto del Hodgkin en la mujer en edad fértil
Para la mujer en edad fértil, el diagnóstico implica dos áreas críticas: la fertilidad y la compatibilidad de los tratamientos con un posible embarazo futuro. La quimioterapia, especialmente los protocolos que incluyen ácido N‑metil‑malónico (MOPP) o ABVD, puede reducir la reserva ovárica, pero los efectos varían según la edad y la dosis.
En los últimos diez años, los estudios de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) han demostrado que alrededor del 70% de las mujeres jóvenes que reciben ABVD conservan la capacidad de concebir después del tratamiento, siempre que se mantenga una vigilancia adecuada.
Embarazo y diagnóstico de Hodgkin: ¿qué ocurre?
El diagnóstico durante el embarazo puede surgir de forma accidental (por una ecografía obstétrica que muestra ganglios agrandados) o por la aparición de síntomas típicos. La prioridad es confirmar la enfermedad sin exponer al feto a radiación innecesaria.
- Imagenología: La ecografía y la resonancia magnética sin contraste son seguras en todas las etapas.
- Biopsia: La biopsia excisional guiada por ultrasonido es el método de elección; el uso de anestesia local es bien tolerado.
Una vez confirmado, el equipo multidisciplinario (oncología, obstetricia, neonatología) elabora un plan que considere el trimestre gestacional.

Opciones de tratamiento durante el embarazo
El manejo depende del estadio del linfoma y del trimestre. A continuación, un resumen de los enfoques más comunes:
- Vigilancia activa: En casos de enfermedad en estadio temprano y sin síntomas graves, se puede posponer el tratamiento hasta después del segundo trimestre.
- Quimioterapia: Regímenes como ABVD (doxorrubicina, bleomicina, vinblastina y dacarbazina) se consideran relativamente seguros a partir del segundo trimestre. La administración en el primer trimestre se evita por el mayor riesgo de teratogénesis.
- Radioterapia: Generalmente se reserva para después del parto o se limita a áreas pequeñas, ya que la exposición fetal a radiación ionizante es contraindicada.
Trimestre | Quimioterapia (ABVD) | Radioterapia | Vigilancia activa |
---|---|---|---|
1.º | No recomendada (alto riesgo de malformaciones) | Contraindicada | Posible si enfermedad en estadio IA sin síntomas |
2.º | Segura con dosis ajustadas; 2‑3 ciclos estándar | Generalmente evitada, salvo indicación muy localizada | Considerada solo si enfermedad muy lenta |
3.º | Continúa la misma pauta, monitorizando toxicidad hepática | Posible después del parto o en áreas alejadas del abdomen | Riesgo de progresión aumenta, se prefiere iniciar tratamiento |
Los efectos colaterales más frecuentes en la madre incluyen nausea, neutropenia y fatiga. Se recomienda el uso de antieméticos de categoría B (por ejemplo, ondansetrón) y la vigilancia estrecha de los recuentos sanguíneos.
Riesgos para el feto y medidas de protección
El riesgo de malformaciones congénitas es mayor en el primer trimestre y disminuye significativamente después de la semana 13. Los estudios de la International Agency for Research on Cancer (IARC) 2023 indican que la exposición a ABVD después del segundo trimestre no aumenta la incidencia de anomalías mayores.
- Monitoreo fetal: Ecografías cada 4‑6 semanas para evaluar crecimiento y flujo umbilical.
- Protección hematológica: Uso de factor estimulante de colonias (G‑CSF) sólo cuando la neutropenia es grave, pues hay datos limitados sobre su seguridad fetal.
- Planificación del parto: En caso de terminar la quimioterapia cerca del término, se prefiere un parto a término para evitar la exposición al último ciclo.

Cuidados postparto y fertilidad
Una vez concluido el embarazo, el equipo revisa la respuesta al tratamiento y planifica la terapia de consolidación si es necesario. La lactancia suele estar contraindicada mientras se continúe la quimioterapia, pero puede reanudarse después de al menos 48‑72 h sin fármacos en sangre.
En cuanto a la fertilidad, se ofrecen dos alternativas principales:
- Preservación de óvulos: Criopreservación antes de iniciar la quimioterapia, aunque en el caso de mujeres embarazadas esto solo es posible si el diagnóstico ocurre en un embarazo temprano y se decide interrumpir.
- Protección ovárica: Uso de agonistas de GnRH durante la quimioterapia; evidencia reciente (2024) sugiere una reducción del 30% en la pérdida de reserva ovárica.
El seguimiento a largo plazo incluye pruebas de imagen cada 6‑12 meses y evaluaciones hormonales anuales para detectar recaídas tempranas o alteraciones de la función reproductiva.
Preguntas frecuentes
¿Puedo quedar embarazada después de tratar el Hodgkin?
Sí. La mayoría de los regímenes modernos, como ABVD, permiten la recuperación de la fertilidad en un 70‑80 % de las mujeres menores de 35 años, siempre que se haya respetado una ventana de al menos 6‑12 meses sin quimioterapia antes de intentar concebir.
¿Cuál es el mayor riesgo para el bebé si recibo quimioterapia en el segundo trimestre?
El riesgo principal es la neutropenia neonatal y, en casos raros, una ligera elevación del peso al nacer. Los datos indican que la tasa de malformaciones mayores se mantiene bajo el 2 %.
¿Es seguro amamantar mientras estoy bajo tratamiento?
Generalmente no se recomienda lactar durante la administración de agentes citotóxicos; la mayoría de los fármacos se excretan en la leche materna y pueden afectar al recién nacido. Se aconseja suspender la lactancia hasta haber completado el ciclo y confirmado la ausencia de fármaco en sangre.
¿Qué tipo de seguimiento se necesita después del parto?
Se recomienda una TAC o PET‑CT cada 6‑12 meses durante los dos primeros años, y luego anual hasta cinco años. Además, la evaluación hormonal cada año ayuda a detectar alteraciones de la función ovárica.
¿Puedo elegir un tratamiento menos agresivo para proteger al bebé?
En algunos casos de enfermedad de bajo riesgo, la vigilancia activa es una opción válida hasta el segundo trimestre. Sin embargo, la decisión depende del estadio, la rapidez de progresión y la preferencia informada de la paciente.
Enfrentar la Enfermedad de Hodgkin durante el Embarazo requiere un equilibrio delicado entre la eficacia oncológica y la seguridad fetal. Con un equipo interdisciplinario, información clara y decisiones compartidas, la mayoría de las mujeres pueden superar el cáncer y seguir disfrutando de una vida familiar plena.
1 Comentarios
Entiendo lo abrumador que puede ser recibir un diagnóstico de Hodgkin durante el embarazo. Lo importante es que hoy en día existen protocolos seguros que permiten tratar a la madre sin poner en riesgo al bebé. Mantén la comunicación abierta con tu equipo multidisciplinario y no dudes en expresar tus inquietudes. Cada paso se da con cuidado y apoyo.