- Ernesto Ballesteros
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Nadie piensa mucho en una pastilla pequeña hasta que el pecho empieza a doler y la seguridad parece tambalearse con cada latido. Ahí es cuando nombres como Ranexa dejan de sonar tan lejanos y se convierten en una especie de esperanza empaquetada dentro de un blíster. Este medicamento, aunque no tiene la fama del ibuprofeno o de la aspirina, salva días (y más de una vez, la paz mental) a miles de personas que luchan con la angina de pecho.
¿Qué es Ranexa y por qué lo recetan?
Ranexa es el nombre comercial de la ranolazina, un medicamento oral utilizado para tratar la angina de pecho crónica, ese dolor opresivo y constante que parece que no te va a dejar en paz ni cuando intentas dormir. Pero lo curioso de la ranolazina es que no actúa como los típicos vasodilatadores (tipo los nitratos) que conocemos, sino que ataca el problema desde otro ángulo. No abre más las arterias, sino que modifica la forma en la que el corazón usa su energía. Esta diferencia hace que sea vital para personas en quienes los tratamientos «de toda la vida» ya no funcionan tan bien o tienen demasiados efectos secundarios.
Muchos cardiólogos, especialmente en España desde que la Agencia Española de Medicamentos aprobó su uso en 2008, la ven como una medicina de rescate cuando todo lo demás falla o simplemente no basta. En cierto estudio publicado por el European Heart Journal en 2011, se mostró que pacientes con angina crónica que tomaron Ranexa lograron reducir significativamente tanto la frecuencia como la gravedad de sus episodios dolorosos.
¿En qué personas suele utilizarse? Básicamente, en quienes ya toman betabloqueantes y calcioantagonistas, pero siguen sintiéndose limitados, o cuando esos otros fármacos no se pueden usar por problemas de presión baja o por asma. Por eso tiene cierta fama de “ultiarma” en cardiología. Otra ventaja es que no provoca demasiada bradicardia ni hipotensión, dos problemas muy típicos cuando se usan otros tratamientos.
Cómo funciona la ranolazina: lo que debes saber
La ranolazina actúa de una forma tan particular que muchas veces los mismos pacientes lo preguntan en la consulta: “¿Pero si no me abre las arterias ni baja la tensión, entonces en qué me ayuda?”. El truco está en los iones de sodio y calcio. La ranolazina bloquea ciertos canales de sodio en las células del corazón. Esto disminuye la entrada de calcio en la célula cardíaca durante cada latido. Al reducirse el calcio, el corazón gasta menos energía para bombear, y al final, eso significa menos dolor, menos fatiga, y una mejor capacidad para hacer vida normal.
Hay datos clínicos que muestran que la ranolazina puede ser especialmente útil en personas mayores que no toleran bien otros medicamentos, o en quienes la angina aparece incluso estando en reposo. Curiosamente, a pesar de toda su efectividad, Ranexa casi no modifica la presión arterial ni la frecuencia cardiaca, por lo que resulta segura para gente con alto riesgo de caídas o desmayos.
Un beneficio adicional: se ha estudiado su efecto en la diabetes tipo 2, y algunos pacientes no solo han mejorado del dolor torácico, sino que han controlado mejor su glucosa. Eso sí, esto no significa que la ranolazina sea un fármaco antidiabético, pero ayuda entender que tiene un impacto más amplio en el metabolismo.
La gente suele empezar con 375 mg dos veces al día. En la mayoría de los casos, si no hay problemas, se sube hasta 500 mg y luego hasta 750 mg máximos. Pero ojo, nunca hay que cambiar la dosis por tu cuenta porque puede haber interacciones, y no todos los sistemas digestivos o cardíacos responden igual.

Efectos secundarios: la otra cara de la moneda
Ningún medicamento es perfecto, y Ranexa no es la excepción. Lo bueno es que la mayoría de los efectos secundarios suelen ser leves y pasajeros. Los más frecuentes son mareos, dolor de cabeza, estreñimiento y náuseas. También es posible notar sensación de debilidad o fatiga, especialmente en las primeras semanas. Más raro aún, puede aparecer palpitaciones o dificultad para dormir.
Una de las preocupaciones que tienen los cardiólogos es el llamado “prolongamiento del QT” en el electrocardiograma. Básicamente, Ranexa puede modificar el tiempo que tarda el corazón en recargarse después de cada latido. Si tomas otros medicamentos que afectan el QT o tienes antecedentes familiares de arritmias, tu médico te pedirá más controles.
Por otro lado, si combinas Ranexa con ciertos antibióticos macrólidos, antifúngicos azólicos o incluso algunos jugos de frutas como el pomelo, puedes tener más fácilmente reacciones adversas. ¿Sabías que el pomelo puede bloquear una enzima en el hígado encargada de eliminar la ranolazina? Así que hay que evitarlo, igual que ocurre con otros medicamentos como las estatinas.
Efecto secundario | Frecuencia estimada |
---|---|
Mareos | 1 de cada 10 pacientes |
Cefalea | 1 de cada 16 pacientes |
Estreñimiento | 1 de cada 14 pacientes |
Náuseas | 1 de cada 13 pacientes |
Prolongación del QT | Menos del 0,5% |
En cualquier caso, lo importante es que hables con tu médico en cuanto notes algo raro, y no dejes de tomar la medicación sin consultarlo, porque el daño por dejar de golpe el tratamiento puede ser más severo que los propios efectos secundarios.
Recomendaciones y advertencias antes de comenzar Ranexa
Antes de empezar con Ranexa, hay varias preguntas infaltables en la consulta con el cardiólogo. Primero, si tienes antecedentes de problemas graves de hígado. El hígado es clave para metabolizar la ranolazina, y si no funciona bien, el medicamento puede acumularse demasiado rápido. Si tienes insuficiencia renal moderada o severa, también hay que ser muy cauteloso. Fibrosis hepática, cirrosis, y problemas graves del riñón suelen ser motivos para buscar otra alternativa.
La lista de medicamentos con los que hay que tener precaución es larga: ciertos antidepresivos, antipsicóticos, antiarrítmicos, algunos antihistamínicos, y pastillas para infecciones por hongos. Por eso es fundamental contarle al médico todo lo que tomas, incluyendo productos “naturales” o complementos de herbolario.
Un consejo: nada de automedicaciones ni experimentos. Muchos pacientes se sorprenden cuando descubren que algo tan inocente como el zumo de pomelo puede cristalizar la ranolazina en sangre. Tampoco uses Ranexa para otro dolor diferente de la angina, porque no sirve para infartos agudos ni para tratar dolores de pecho desconocidos. Si no sabes qué tipo de angina tienes, pide una revisión. Muy importante para el día a día: tomar la pastilla a la misma hora, acompañada de un vaso de agua y tragándola entera, nunca partido ni masticada—la fórmula está diseñada para liberar el medicamento gradualmente.
En algunos hospitales aragoneses se están usando protocolos de seguimiento digital para monitorizar remotamente a los pacientes con Ranexa, lo que ayuda a detectar problemas al instante. Así, si notas síntomas raros, puedes recibir instrucciones inmediatas sin tener que recorrer la ciudad o esperar largas colas en consultorios.

Mitos y realidades sobre Ranexa
En las salas de espera, y sobre todo en foros de paciente a paciente, circulan varios mitos sobre Ranexa. Por ejemplo, algunos creen que sustituye por completo a cualquier otro fármaco, pero no es así: generalmente se usa como añadido, no como única pastilla. Tampoco es cierto que tenga una acción inmediata. No alivia el dolor en un par de minutos como la nitroglicerina sublingual. Sus efectos aparecen y se mantienen a lo largo de los días con el uso constante.
Hay quien teme que va a “engancharse” a Ranexa. La ranolazina no genera dependencia física ni psicológica, por lo que se puede dejar siguiendo indicaciones médicas, generalmente reduciendo la dosis de forma progresiva. Eso sí, jamás lo abandones de golpe, porque la angina podría descontrolarse y aumentar el riesgo de complicaciones.
Muchas preguntas llegan sobre conducir, realizar ejercicio físico o viajar en avión tomando Ranexa. La realidad es que, en la mayoría de los casos, la vida cotidiana continúa igual, pero hay que tener cuidado con actividades donde los mareos podrían ser un problema. Si te ocurre ese efecto, evita conducir hasta que desaparezca.
Opiniones sobre su coste: no se trata del fármaco más barato, pero tampoco es inaccesible, especialmente en el sistema de salud español. Varias comunidades autónomas lo cubren en gran medida cuando la angina de pecho limita la vida diaria, como ocurre en Aragón, donde vivo. Por lo que la relación entre beneficio y precio suele resultar razonable.
Finalmente, Ranexa tampoco interfiere en la actividad sexual, a menos que existan otros motivos médicos que aconsejen precaución. Mejor preguntarlo directamente al doctor en la consulta, nada de avergonzarse: si el corazón aguanta el ejercicio, puede aguantar otras emociones fuertes.