Farxiga (dapagliflozina): guía práctica para entender su uso en diabetes tipo 2

Si te han recetado Farxiga, probablemente te preguntas qué hace exactamente y cómo afecta a tu cuerpo. En pocas palabras, Farxiga es una pastilla que ayuda a bajar la glucosa al eliminar el exceso de azúcar a través de la orina. Ese proceso se llama inhibición del cotransportador de sodio‑glucosa tipo 2 (SGLT2) y es la clave de su efecto.

¿Cómo se toma y cuál es la dosis recomendada?

La mayoría de médicos indican una tableta de 10 mg al día, siempre con la comida para evitar molestias estomacales. En algunos casos, si la glucosa sigue alta, pueden subir a 5 mg extra, pero nunca se supera los 25 mg diarios sin supervisión. Lo importante es no olvidar la dosis; la constancia permite que el cuerpo mantenga el equilibrio y evita picos de azúcar.

Si olvidas una toma, tómala tan pronto como lo recuerdes, pero si ya es casi la hora de la siguiente dosis, simplemente la dejas pasar y continúas con la rutina. No dupliques la pastilla para compensar.

Efectos secundarios más comunes y cómo manejarlos

Como cualquier medicamento, Farxiga tiene efectos secundarios. Los más habituales son infecciones del tracto urinario, aumento de la sed y mayor frecuencia de micción. Mantenerte bien hidratado ayuda a reducir la irritación de la vejiga. Si notas síntomas de infección (dolor al orinar, fiebre o cambios en el color de la orina), contacta a tu médico de inmediato.

Otro punto que preocupa a muchos es el riesgo de cetoacidosis diabética, una condición rara pero grave. Señales de alerta incluyen náuseas, vómitos, dolor abdominal y respiración profunda. Si experimentas alguno de esos síntomas, busca ayuda médica sin demora.

En general, la mayoría de los pacientes tolera bien Farxiga y reporta una reducción significativa de la glucosa en sangre, lo que se traduce en menos necesidad de insulina o de otros antidiabéticos.

Recuerda que Farxiga no es una cura; es una herramienta para controlar la diabetes junto con una dieta equilibrada y ejercicio regular. Evita alimentos ricos en azúcares simples y mantén una rutina de actividad física, aunque sea caminar 30 minutos al día.

Si tienes problemas renales, insuficiencia cardíaca o estás embarazada, debes informar a tu médico antes de iniciar el tratamiento. En esos casos, el profesional evaluará si los beneficios superan los riesgos.

En resumen, Farxiga puede ser una gran aliada para bajar la glucosa y mejorar tu calidad de vida, siempre que lo uses según las indicaciones y estés atento a los posibles efectos secundarios. Consulta siempre a tu especialista ante cualquier duda y no dejes de seguir las recomendaciones de estilo de vida que acompañan al medicamento.

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