ISRS: Qué son, cómo actúan y qué debes saber antes de tomarlos

Si alguna vez te han recetado una pastilla para la depresión o la ansiedad, es muy probable que sea un ISRS. El nombre suena complicado, pero en realidad es solo una forma de decir “inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina”. En palabras simples, estos fármacos aumentan la disponibilidad de serotonina, el neurotransmisor que ayuda a regular el ánimo.

¿Cómo actúan los ISRS?

El cerebro recicla la serotonina para usarla otra vez. Los ISRS bloquean ese reciclado, lo que deja más serotonina en el espacio entre neuronas. Con más serotonina disponible, las señales que favorecen el buen humor y la calma se hacen más fuertes. Por eso son útiles en trastornos como la depresión mayor, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo‑compulsivo y el trastorno de estrés post‑raumático.

Los ISRS más populares son fluoxetina (Prozac), sertralina (Zoloft), escitalopram (Lexapro), paroxetina (Paxil) y citalopram (Celexa). Cada uno tiene una vida media distinta, lo que influye en la rapidez con que notas mejoría y en la aparición de efectos secundarios.

Efectos secundarios y precauciones

Los ISRS son, en general, más seguros que los antidepresivos antiguos, pero no están exentos de efectos no deseados. Los más habituales son náuseas, insomnio, boca seca y sudoración. En los primeros días puede sentir‑se más inquieto o con dolor de cabeza; esos síntomas suelen desaparecer en una o dos semanas.

Un punto importante es que no se deben combinar con alcohol ni con ciertos fármacos como los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO). Esa mezcla puede provocar una subida peligrosa de la serotonina, conocida como síndrome serotoninérgico, que necesita atención médica urgente.

Si estás embarazada o planeas quedarte embarazada, habla con tu médico antes de iniciar o dejar un ISRS. Algunos estudios relacionan ciertos ISRS con riesgos leves para el feto, pero la decisión depende de la gravedad de tu trastorno y de los riesgos de no tratarlo.

Otro aspecto a considerar es la interrupción del tratamiento. No dejes de tomar el medicamento de golpe; la retirada súbita puede causar mareos, irritabilidad y sensaciones de “cabeza eléctrica”. Lo ideal es reducir la dosis poco a poco bajo supervisión médica.

Para sacarle el mayor provecho a tu ISRS, toma la pastilla a la misma hora todos los días, preferiblemente con comida si te provoca malestar estomacal. Lleva un registro de tu ánimo y de cualquier efecto secundario; así podrás comentar con tu doctor qué está funcionando y qué no.

Si después de 4‑6 semanas no notas mejoría, no te automediques. A veces el médico ajusta la dosis o cambia a otro ISRS. Cada persona responde de forma distinta, y encontrar la combinación adecuada puede requerir algo de paciencia.

En resumen, los ISRS son una herramienta eficaz para equilibrar la serotonina y aliviar síntomas de depresión y ansiedad. Conocer su modo de acción, los posibles efectos secundarios y seguir las indicaciones médicas te ayuda a usar estos fármacos de forma segura y a recuperar tu bienestar.