PABA: Qué es, para qué sirve y cómo usarlo

El PABA, o ácido para‑aminobenzoico, es una molécula que aparece en algunos suplementos y productos para el cuidado de la piel. Aunque a veces se menciona como una vitamina del complejo B, la ciencia no lo clasifica oficialmente como tal. Lo que sí sabemos es que participa en la producción de folato y puede influir en la salud de la piel y el cabello.

Usos habituales del PABA

En el mundo de los suplementos, el PABA se usa principalmente para:

• Ayudar a mantener una piel sana. Algunas personas lo toman para reducir manchas o mejorar la elasticidad.
• Favorecer la síntesis de melanina, lo que puede ser útil en casos de hipopigmentación.
• Apoyar la función del sistema inmunológico, aunque la evidencia es limitada.

En cosmética, se encuentra en algunos protectores solares y cremas, ya que absorbe rayos UV en el rango UVA.

Dosis y precauciones

La dosis típica de PABA en suplementos está entre 200 mg y 500 mg al día. Es importante no superar la cantidad recomendada, porque dosis altas pueden causar picazón, enrojecimiento o irritación cutánea. Si tienes alguna alergia conocida a productos para la piel, empieza con la menor dosis y observa cómo reacciona tu cuerpo.

¿Tomas medicamentos? El PABA puede interferir con algunos antibióticos, como la sulfonamida, reduciendo su eficacia. Consulta siempre a tu médico antes de añadirlo a tu rutina.

En embarazos y lactancia, la información disponible es escasa, por lo que la recomendación general es evitar su uso a menos que el profesional de salud lo indique expresamente.

Para quienes buscan un aporte de PABA a través de la alimentación, los alimentos con mayor contenido son el hígado, los huevos y algunos granos integrales. Sin embargo, la cantidad que obtenemos de la dieta suele ser mucho menor que la de los suplementos.

En resumen, el PABA puede ser útil para mejorar la apariencia de la piel y apoyar procesos metabólicos, pero su uso debe ser cuidadoso y siempre bajo supervisión médica. Si decides probarlo, empieza con una dosis baja, controla cualquier reacción y mantén una comunicación abierta con tu profesional de salud.