¿Qué es un evento adverso por medicamento?
Un evento adverso por medicamento (EAM) es cualquier daño que sufre un paciente como resultado del uso de un medicamento. No se trata solo de efectos secundarios inesperados. Incluye errores de prescripción, sobredosis, interacciones peligrosas y reacciones alérgicas. La clave está en que estos daños son evitables. Según la Agencia para la Investigación y Calidad en Atención Médica (AHRQ), en Estados Unidos, los EAMs generan más de un millón de visitas a salas de emergencia cada año. En hospitales, son una de las principales causas de ingresos evitables.
La diferencia entre una reacción adversa y un evento adverso es sutil pero importante. Una reacción adversa es una respuesta negativa directa del cuerpo al medicamento, incluso si se toma correctamente. Un evento adverso puede surgir por un error humano: un médico receta mal, una enfermera administra la dosis equivocada, o un farmacéutico entrega el fármaco incorrecto. En muchos casos, el medicamento en sí no es el problema. El problema es cómo se usa.
Los cinco tipos principales de eventos adversos
No todos los eventos adversos son iguales. Se dividen en categorías claras, y cada una tiene su propia causa y forma de prevenirse.
- Reacciones adversas a medicamentos (RAM): Son respuestas no deseadas que ocurren a dosis normales. Por ejemplo, un paciente toma un antibiótico y desarrolla diarrea severa. Esto no es una infección, es el medicamento afectando su intestino.
- Errores de medicación: Ocurren en cualquier paso del proceso: prescripción, dispensación, administración o seguimiento. Un médico prescribe 10 mg en lugar de 1 mg. Una farmacia entrega amoxicilina en lugar de amiodarona. Una enfermera da la dosis por vía intravenosa en lugar de oral. Estos errores son predecibles y, por eso, evitables.
- Interacciones medicamentosas: Cuando dos o más fármacos se combinan, pueden potenciarse o anularse. Por ejemplo, tomar warfarina (un anticoagulante) junto con ibuprofeno aumenta el riesgo de sangrado. O tomar ciertos antibióticos con anticonceptivos orales reduce su eficacia.
- Interacciones con alimentos: Algunos medicamentos no funcionan bien si se toman con ciertos alimentos. El jugo de toronja, por ejemplo, puede hacer que medicamentos como la simvastatina se acumulen en el cuerpo hasta niveles tóxicos. El queso y el vino pueden elevar la presión arterial si se consumen con ciertos antidepresivos.
- Sobredosis: Puede ser accidental o intencional. En ancianos, suele ser por confusión: toman la misma pastilla dos veces porque no recuerdan si ya la tomaron. En jóvenes, puede ser por uso recreativo o intento de suicidio. Las sobredosis de opioides, como la fentanilo, son la causa principal de muertes por medicamentos en EE.UU. en 2021, con más de 70.000 fallecimientos.
Además, las reacciones adversas se clasifican en cinco tipos según su mecanismo. El Tipo A es el más común -el 80% de todos los EAMs- y son predecibles, relacionados con la dosis. El Tipo B es impredecible, como una reacción alérgica severa. Estos últimos son menos frecuentes, pero más graves.
Los medicamentos más peligrosos y por qué
No todos los medicamentos tienen el mismo riesgo. Algunos son tan potentes que incluso un pequeño error puede ser mortal.
Anticoagulantes, como la warfarina: Son los responsables del 33% de todos los eventos adversos relacionados con medicamentos en hospitales. Su margen de seguridad es muy estrecho. Si el nivel de coagulación (INR) no se monitorea con precisión, el paciente puede sufrir hemorragias internas. En el 35% de los controles ambulatorios, el INR está fuera del rango terapéutico.
Medicamentos para la diabetes, especialmente la insulina: Causan 100.000 visitas anuales a emergencias por hipoglucemia. El 60% de estos casos ocurren en personas mayores de 65 años. Un paciente olvida comer después de inyectarse insulina, o un familiar le da una dosis extra por error. La hipoglucemia puede llevar a convulsiones, coma e incluso muerte.
Opioides: Son la causa principal de muertes por sobredosis. En 2021, más de 70.000 personas en EE.UU. murieron por opioides sintéticos, principalmente fentanilo. Lo más preocupante es que muchos de estos casos no son por uso recreativo, sino por prescripciones mal gestionadas en pacientes con dolor crónico.
Antipsicóticos y anticuerpos monoclonales: Aunque menos comunes, su uso ha crecido. En 2022, se reportaron 12.000 eventos adversos graves relacionados con estos fármacos. Pueden causar movimientos involuntarios, alteraciones del ritmo cardíaco o reacciones inmunes severas.
Cómo prevenirlos: estrategias comprobadas
La buena noticia es que casi la mitad de los eventos adversos por medicamentos son evitables. No se necesita una revolución médica. Se necesitan prácticas sistemáticas y bien ejecutadas.
- Revisión completa de la medicación: Cada vez que un paciente cambia de médico o ingresa a un hospital, se debe hacer una lista actualizada de todos los fármacos que toma -incluyendo suplementos y medicinas de venta libre. Un estudio de 2019 en JAMA Internal Medicine mostró que esta práctica reduce los EAMs en un 30%.
- Reconciliación de medicamentos: Es el proceso de comparar la lista de medicamentos del paciente antes y después de un cambio de atención. En un ensayo de 2020 publicado en Annals of Internal Medicine, este proceso redujo los eventos adversos tras el alta hospitalaria en un 47%.
- Uso de sistemas electrónicos de prescripción: Los sistemas que evitan errores de escritura, alertan sobre interacciones y bloquean dosis excesivas reducen los errores en un 48%. Aún así, solo el 45% de los hospitales en EE.UU. tienen estos sistemas completamente integrados con alertas para medicamentos de alto riesgo.
- Asesoramiento farmacéutico: Los farmacéuticos que revisan los tratamientos de los pacientes (MTM) identifican en promedio 4.2 problemas por persona. Esto reduce el riesgo de EAMs en un 32%. En clínicas de anticoagulación lideradas por farmacéuticos, las hemorragias graves disminuyen hasta en un 60%.
- Educación al paciente: Si un paciente no entiende cuándo, cómo y por qué debe tomar su medicamento, el riesgo aumenta. Un estudio de la Cochrane en 2021 demostró que una buena educación mejora la adherencia en un 22%.
- Desprescripción: Muchos ancianos toman medicamentos que ya no necesitan. Los fármacos anticolinérgicos, por ejemplo, aumentan el riesgo de demencia. Protocolos estructurados para dejar de prescribir estos medicamentos reducen los EAMs en un 40% en pacientes mayores.
El rol de la tecnología y el futuro de la prevención
La tecnología está cambiando cómo se previenen los eventos adversos. Los sistemas de inteligencia artificial están empezando a predecir qué pacientes tienen mayor riesgo de sufrir un EAM.
En el Hospital Johns Hopkins, un algoritmo analiza 50 variables del paciente -edad, historial médico, niveles de laboratorio, medicamentos actuales- para predecir con un 17% de precisión adicional quién va a tener una reacción adversa. Esto permite actuar antes de que ocurra el daño.
La prueba genética también está ganando terreno. Algunos pacientes metabolizan ciertos medicamentos muy rápido o muy lento por su ADN. Por ejemplo, una variante genética hace que la warfarina sea menos efectiva o más tóxica en ciertas personas. El uso de pruebas farmacogenómicas reduce los eventos adversos con clopidogrel en un 35%. Actualmente, solo el 5% de los pacientes se someten a estas pruebas, pero se estima que para 2027 ese número llegará al 30%, lo que podría prevenir 100.000 eventos adversos al año.
La Organización Mundial de la Salud lanzó en 2017 la campaña “Medicamentos sin Daño”, con el objetivo de reducir en un 50% los daños evitables en cinco años. Alcanzaron una reducción del 18%. No fue suficiente, pero mostró que con políticas claras -como etiquetado estandarizado y códigos de barras en medicamentos- se puede avanzar.
¿Qué puedes hacer tú?
Si tomas medicamentos, no te quedes en silencio. Pregúntate:
- ¿Por qué me recetaron esto?
- ¿Qué pasa si me olvido de tomarlo?
- ¿Hay algo que no debo comer o beber mientras lo tomo?
- ¿Hay otro medicamento que pueda interactuar con este?
- ¿Lo estoy tomando en la dosis correcta y en el momento adecuado?
Guarda una lista actualizada de todos tus medicamentos -incluyendo vitaminas y hierbas- y llévala a cada cita médica. No asumas que el médico lo sabe todo. Muchos errores ocurren porque nadie pregunta.
Si eres cuidador de un adulto mayor, revisa sus pastillas cada semana. Muchas sobredosis en ancianos ocurren por confusión o por tomar dosis duplicadas. Usa organizadores de pastillas y marca claramente las horas de toma.
¿Qué están haciendo los sistemas de salud?
En Estados Unidos, el Plan Nacional de Prevención de Eventos Adversos por Medicamentos (2014) estableció cuatro pilares: monitoreo, prevención, incentivos y financiamiento. La FDA monitorea más de 190 millones de historias clínicas. Los hospitales que tienen altas tasas de EAMs pierden dinero por el programa de reducción de condiciones adquiridas en el hospital. Y la AHRQ invirtió 25 millones de dólares en 2023 en investigación para nuevas formas de prevención.
En España, aunque no hay un plan nacional tan estructurado, muchos hospitales implementan protocolos de reconciliación de medicamentos y sistemas de alerta electrónica. Los farmacéuticos hospitalarios son clave en estos procesos. El reto está en extender estas prácticas a la atención primaria, donde se prescriben la mayoría de los medicamentos.
El gran obstáculo: la desprescripción
Una de las mayores contradicciones en la medicina actual es que se prescriben más medicamentos, pero rara vez se dejan de tomar. Los criterios de Beers -una guía internacional para medicamentos inapropiados en ancianos- existen desde hace años. Pero solo el 15% de los médicos de atención primaria los usan regularmente para revisar tratamientos.
¿Por qué? Porque es más fácil recetar que dejar de recetar. También porque los pacientes temen que dejar un medicamento empeore su condición. Pero muchos fármacos, especialmente en personas mayores, ya no son necesarios. Una pastilla para la presión que ya no sirve, un sedante que ya no se necesita, un antiinflamatorio que causa úlceras. Dejarlos puede mejorar la calidad de vida y evitar daños graves.
¿Cuál es la diferencia entre una reacción adversa y un evento adverso por medicamento?
Una reacción adversa es una respuesta negativa directa del cuerpo a un medicamento, incluso cuando se toma correctamente. Por ejemplo, una erupción cutánea por un antibiótico. Un evento adverso por medicamento es más amplio: incluye cualquier daño causado por el uso del medicamento, ya sea por error, interacción, sobredosis o reacción. Es decir, todas las reacciones adversas son eventos adversos, pero no todos los eventos adversos son reacciones adversas.
¿Qué medicamentos tienen más riesgo de causar eventos adversos?
Los más peligrosos son los anticoagulantes (como la warfarina), los medicamentos para la diabetes (especialmente la insulina) y los opioides. La warfarina causa 33% de todos los eventos adversos hospitalarios por medicamentos. La insulina provoca 100.000 visitas anuales a emergencias por hipoglucemia. Los opioides, especialmente la fentanilo, son responsables de más del 70% de las muertes por sobredosis en EE.UU.
¿Pueden los farmacéuticos ayudar a prevenir estos eventos?
Sí, y mucho. Los farmacéuticos son expertos en medicamentos. Realizan revisiones de medicación, identifican interacciones peligrosas, educan a los pacientes y ajustan dosis. En programas de manejo de terapia farmacológica (MTM), los farmacéuticos resuelven en promedio 4.2 problemas por paciente, reduciendo los eventos adversos en un 32%. En clínicas de anticoagulación lideradas por farmacéuticos, las hemorragias graves bajan hasta en un 60%.
¿Es seguro dejar de tomar un medicamento sin consultar al médico?
No. Algunos medicamentos, como los antidepresivos o los corticoides, no se pueden dejar de tomar de la noche a la mañana. Dejarlos bruscamente puede causar síntomas de abstinencia o empeorar la enfermedad. Si crees que ya no necesitas un medicamento, habla con tu médico o farmacéutico. Ellos pueden ayudarte a descontinuarlo de forma segura y gradual.
¿Qué puedo hacer en casa para evitar eventos adversos?
Mantén una lista actualizada de todos tus medicamentos, incluyendo suplementos y productos de venta libre. Llévala a cada cita médica. Usa organizadores de pastillas. No tomes medicamentos que no te hayan recetado. Lee las etiquetas y pregunta si algo no entiendes. Si un familiar mayor toma muchos medicamentos, revisa sus pastillas semanalmente. Pregunta si todos siguen siendo necesarios.
¿Qué sigue en la prevención de eventos adversos?
El futuro está en la medicina personalizada. Ya no se trata de dar la misma dosis a todos. Se trata de ajustar el medicamento al ADN, al peso, a la función renal, a los otros fármacos que toma la persona. La inteligencia artificial ya está ayudando a predecir riesgos individuales. Las pruebas genéticas se volverán comunes. Los sistemas de salud empezarán a recompensar a los médicos que previenen daños, no solo a los que recetan más.
El objetivo no es eliminar los medicamentos. Es usarlos con más inteligencia. Porque cada pastilla tiene un propósito -y también un riesgo. Conocerlo puede salvar vidas.