Si estás tomando primidona para controlar las convulsiones o el temblor, y notas que te sientes más lento, sin ganas de hacer nada, o con tristeza que no pasa, no lo ignores. No es solo estrés. Puede ser un efecto secundario poco hablado, pero real: la depresión asociada a la primidona.
¿Qué es la primidona y para qué se usa?
La primidona es un medicamento antiepiléptico que se ha usado desde los años 50 para controlar crisis epilépticas, especialmente las parciales y generalizadas. También se prescribe para tratar el temblor esencial, un trastorno neurológico que hace que las manos, la cabeza o la voz tiemblen sin razón aparente.
A diferencia de muchos antiepilépticos modernos, la primidona no actúa solo bloqueando señales eléctricas en el cerebro. Se metaboliza en dos compuestos activos: fenobarbital y feniletiletilmalonamida. El fenobarbital, en particular, es un sedante potente que afecta directamente el sistema nervioso central. Esto explica por qué muchos pacientes sienten somnolencia, mareos o falta de concentración al empezar el tratamiento.
¿Cómo puede la primidona provocar depresión?
La conexión entre la primidona y la depresión no es casual. Estudios clínicos, como los publicados en la Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry en 2022, muestran que hasta un 18% de los pacientes que toman primidona durante más de seis meses reportan síntomas depresivos moderados a severos.
El fenobarbital, su metabolito principal, actúa sobre los receptores GABA, los mismos que los antidepresivos tricíclicos y los benzodiazepínicos. Pero mientras estos últimos se usan para calmar la ansiedad, el fenobarbital en dosis crónicas puede disminuir la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores clave para el estado de ánimo. Es como si el cerebro se volviera más lento, más apagado.
Además, la primidona puede interferir con la absorción de vitaminas del complejo B, especialmente B6 y B12, que son esenciales para la síntesis de neurotransmisores. Una deficiencia leve de B12, que pasa desapercibida en análisis rutinarios, puede empeorar la fatiga mental y la apatía.
Señales de alerta: ¿cómo reconocer la depresión por primidona?
No se trata de estar triste un día. La depresión relacionada con la primidona tiene patrones claros:
- Tristeza persistente durante más de dos semanas, sin causa aparente
- Pérdida de interés en actividades que antes disfrutabas (leer, salir, ver a la familia)
- Cambio en el sueño: dormir demasiado o tener insomnio sin razón
- Falta de energía constante, incluso después de descansar
- Dificultad para concentrarte, olvidar cosas simples, como citas o nombres
- Pensamientos negativos recurrentes, o sentir que no vales nada
- En casos graves: pensamientos de muerte o suicidio
Estos síntomas suelen aparecer entre las 3 y 8 semanas después de iniciar la medicación o tras un aumento de dosis. Muchos pacientes los atribuyen al estrés de vivir con epilepsia o temblor, pero no siempre es así.
Quiénes tienen más riesgo
No todos reaccionan igual. Algunos factores aumentan la probabilidad de desarrollar depresión con primidona:
- Historia personal o familiar de depresión, trastorno bipolar o ansiedad
- Edad avanzada (más de 60 años): el metabolismo se ralentiza y el cuerpo acumula más fenobarbital
- Uso de otros medicamentos que afectan el sistema nervioso: antidepresivos, ansiolíticos, o incluso algunos analgésicos
- Tratamiento de larga duración (más de 1 año)
- Condiciones médicas concurrentes: hipotiroidismo, enfermedad hepática o renal
Si tienes alguno de estos factores, tu médico debería monitorearte más de cerca desde el inicio del tratamiento.
¿Qué hacer si sospechas que la primidona te está afectando el ánimo?
No dejes de tomar el medicamento por tu cuenta. Dejar la primidona de golpe puede provocar crisis epilépticas graves o incluso estado de mal epiléptico.
En cambio, sigue estos pasos:
- Registra tus síntomas: anota qué sientes, cuándo empieza, y si hay relación con la toma del medicamento. Usa una app o un cuaderno.
- Habla con tu neurólogo o médico tratante. No lo pospongas. Lleva tu registro.
- Pide un análisis de sangre: revisa niveles de vitamina B12, ácido fólico, y función tiroidea. También pide un nivel sérico de primidona para ver si estás en el rango terapéutico (5-12 mcg/mL).
- Si se confirma que la depresión está vinculada al medicamento, se puede considerar:
- Reducción gradual de la dosis bajo supervisión médica
- Cambio a otro antiepiléptico con menor riesgo depresivo, como levetiracetam o lacosamida
- Adición de un antidepresivo selectivo de serotonina (SSRI), como sertralina, que no interactúa negativamente con la primidona
En un estudio de 2023 con 127 pacientes, aquellos que cambiaron de primidona a levetiracetam mostraron una mejora significativa en su estado de ánimo en menos de 6 semanas, sin pérdida de control de las convulsiones.
Alternativas a la primidona que no afectan tanto el ánimo
Si la depresión es un problema recurrente, vale la pena explorar opciones más modernas:
| Medicamento | Riesgo de depresión | Control de convulsiones | Interacciones comunes |
|---|---|---|---|
| Primidona | Alto (15-18%) | Muy bueno | Con alcohol, antidepresivos, anticoagulantes |
| Levetiracetam | Bajo (2-4%) | Excelente | Mínimas |
| Lacosamida | Bajo (3-6%) | Bueno | Puede afectar ritmo cardíaco |
| Fenitoína | Medio (8-12%) | Bueno | Múltiples, requiere monitoreo constante |
| Valproato | Medio (10-15%) | Muy bueno | Conlleva riesgo hepático y de aumento de peso |
El levetiracetam es hoy la primera opción en muchos centros por su eficacia y baja incidencia de efectos psicológicos. No requiere monitoreo de niveles en sangre y tiene menos interacciones.
Consejos prácticos para manejar tu salud mental mientras tomas primidona
- No esperes a que los síntomas empeoren. Habla con tu médico al primer cambio de humor.
- Mantén un horario regular de sueño. El descanso ayuda al cerebro a recuperar su equilibrio químico.
- Evita el alcohol. Combina mal con la primidona y empeora la depresión.
- Considera terapia cognitivo-conductual. No es un reemplazo del medicamento, pero ayuda a manejar pensamientos negativos.
- Haz ejercicio leve: caminar 30 minutos al día aumenta serotonina y mejora el ánimo sin riesgos.
- Suplementa con B12 y ácido fólico si tu médico lo recomienda. No lo hagas sin supervisión.
¿Cuándo buscar ayuda de emergencia?
Si tienes pensamientos de suicidio, te sientes abrumado por la desesperanza, o piensas que no mereces seguir viviendo, llama a un servicio de emergencia o acude a un centro de salud inmediatamente. La depresión por medicación es tratable, pero no debe esperar.
En España, puedes llamar al 024 (Línea de Prevención del Suicidio) o al 112. No estás solo. Muchas personas han pasado por esto y han salido adelante.
¿La primidona siempre causa depresión?
No. Solo una minoría de pacientes -entre el 15% y el 18%- desarrolla depresión significativa. La mayoría tolera bien el medicamento. Pero si tienes antecedentes de salud mental, el riesgo aumenta. Por eso es clave la vigilancia temprana.
¿Puedo tomar antidepresivos mientras estoy en primidona?
Sí, pero con cuidado. Los ISRS como sertralina o escitalopram son seguros y no interfieren con la primidona. Evita los antidepresivos tricíclicos, como la amitriptilina, porque pueden aumentar el riesgo de convulsiones. Siempre consulta con tu neurólogo antes de empezar cualquier nuevo fármaco.
¿Cuánto tiempo tarda en desaparecer la depresión si cambio de medicamento?
Depende. En muchos casos, los síntomas mejoran en 2 a 4 semanas tras cambiar a un antiepiléptico de menor riesgo. En otros, especialmente si la depresión ya estaba instalada, puede llevar hasta 8 semanas. La terapia psicológica acelera el proceso.
¿Es normal sentirme cansado al empezar la primidona?
Sí, la somnolencia y la fatiga son efectos comunes en las primeras semanas. Pero si ese cansancio se vuelve constante, sin mejora, y va acompañado de tristeza o pérdida de interés, ya no es normal. Es una señal de que algo más profundo está pasando.
¿Qué pasa si dejo la primidona por mi cuenta?
Dejarla de golpe puede provocar crisis epilépticas más fuertes, incluso peligrosas. La retirada debe ser gradual, bajo supervisión médica, y puede tomar semanas o meses. Nunca la suspendas sin hablar con tu doctor.
Lo que debes recordar
La primidona salva vidas. Pero como cualquier medicamento potente, tiene costos ocultos. La depresión no es un signo de debilidad, ni un fracaso personal. Es una respuesta biológica a un fármaco que afecta tu cerebro. Reconocerla es el primer paso para recuperar tu bienestar.
No tienes que sufrir en silencio. Habla. Pide ayuda. Existen alternativas. Y tú mereces vivir sin depresión, con o sin primidona.
Jose Maria Lopez Perez
octubre 31, 2025 AT 20:56He estado en primidona 3 años. Nunca me di cuenta de que la tristeza constante era efecto del medicamento, no mío. Cambié a levetiracetam hace 2 meses y por fin duermo sin pesar en el pecho.
Gracias por este post.
Alguien debería hacer una guía así para todos los antiepilépticos.
Julio Salinas
noviembre 1, 2025 AT 14:20¡¿Pero cómo es posible que esto no sea un aviso obligatorio en todas las cajas de primidona?! ¡Esto es criminal! ¡La gente se suicida por esto y nadie lo dice! ¡El sistema sanitario está roto! ¡Necesitamos justicia! ¡NO MÁS VÍCTIMAS!
¡YO LO SABÍA Y NADIE ME ESCUCHÓ!
Frangelie Vazquez
noviembre 2, 2025 AT 04:29Hola, yo también estoy en primidona y me identifiqué mucho con lo que dices. No estás solo/a. Si necesitas alguien con quien hablar, aquí estoy. Pequeños pasos, pero pasos. Caminar, respirar, escribir lo que sientes... todo cuenta. 💛
Nicola H
noviembre 2, 2025 AT 07:45...¿Y qué pasa si el médico no te cree?... ¿Qué pasa si te dice que es ‘ansiedad normal’?... ¿Qué pasa si te receta más antidepresivos, en vez de cambiar el fármaco?... Porque esto no es un ‘efecto secundario poco hablado’... es un silencio institucional...
Y eso... eso es lo que duele más.
Carlos Flores Tavitas
noviembre 3, 2025 AT 10:48En México, muchos pacientes no tienen acceso a análisis de B12 ni a alternativas como levetiracetam. La primidona es barata, y por eso se sigue recetando como si fuera un suplemento de vitamina C. Aquí, la depresión por medicación no es un diagnóstico, es un lujo que no podemos permitirnos.
Este post es un acto de resistencia. Gracias por nombrar lo que el sistema calla.
Rebeca A
noviembre 3, 2025 AT 18:33¡Ay, qué horror! ¡Y yo que pensaba que era débil por sentirme así! ¡Qué vergüenza! ¡Cómo me di cuenta cuando me lo dijo mi psicóloga… que no era mi culpa! ¡Qué alivio! ¡Pero qué miedo me da ahora que me cambien el medicamento… y que me salgan más convulsiones! ¡Ay, Dios mío!
Fran Olivares
noviembre 4, 2025 AT 06:48OMG, esto me pasó a mi hermana… ¡y nadie lo sabía! ¡Ni siquiera ella lo entendía! 🥺
Le cambió a levetiracetam y ahora es otra persona: ríe, baila en la cocina, hasta volvió a pintar… ¡antes ni quería levantarse de la cama! 🎨
¡No saben lo que significa ver a alguien recuperar su luz! ¡Y sí, el cambio fue lento, pero fue REAL! 🙌
Si alguien está pasando por esto, no se rinda… hay salida… y sí, vale la pena pelear por ella 💪❤️
moises ulloa
noviembre 5, 2025 AT 09:36La ortografía de este post es impecable, pero me duele que no se mencione que la primidona también disminuye la biodisponibilidad del magnesio. Y el magnesio es clave para la regulación del estado de ánimo. Además, el fenobarbital inhibe CYP3A4, lo que potencia la concentración de otros fármacos. ¿Por qué no se habla de esto en los manuales? ¿Por qué siempre se prioriza lo fácil?
Esto no es medicina. Es negligencia estructurada.
HENRY MEZA
noviembre 5, 2025 AT 16:27¿Primidona? ¿Ese relicario de los 50? ¿En serio aún lo recetan? ¡Pues claro que causa depresión! ¡Es un barbitúrico! ¡El mismo tipo de droga que usaban para sedar a los pacientes en los manicomios de los 70! ¡Y ahora lo llaman ‘tratamiento estándar’! ¡Qué vergüenza, España! ¡México ya lo dejó atrás hace 15 años!
Mara Melul
noviembre 7, 2025 AT 13:21Yo lo sé… lo sé… lo sé…
Porque lo viví. No fue solo tristeza. Fue como si mi alma se apagara poco a poco… como si alguien desenchufara mi interior…
Y cuando lo cambié… no fue un milagro. Fue un suspiro. Un suspiro que no sabía que había estado conteniendo desde hace años.
Gracias por decirlo. Porque yo no podía.
Y si estás leyendo esto… tú también puedes respirar de nuevo.