- Ernesto Ballesteros
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Calculadora de Nutrientes para Mieloma Múltiple
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Vivir con mieloma múltiple implica mucho más que seguir el calendario de quimioterapia o de trasplante de médula. La alimentación diaria también juega un papel fundamental en la tolerancia al tratamiento, la recuperación de la energía y la salud ósea. A continuación encontrarás una guía práctica que explica, paso a paso, qué comer, qué evitar y cómo adaptar la dieta a los efectos secundarios más comunes.
Puntos clave
- Una dieta rica en alimentos frescos, proteína de alta calidad y grasas omega‑3 ayuda a reducir la inflamación y a mantener la masa muscular.
- Vitamina D y calcio son esenciales para proteger los huesos, que son muy vulnerables en el mieloma múltiple.
- Evitar azúcares refinados y alimentos ultraprocesados contribuye a mejorar la respuesta inmunológica y a controlar el peso.
- Planificar comidas pequeñas y frecuentes puede aliviar la náusea y la fatiga provocadas por la quimioterapia.
- Consultas dietéticas personalizadas con un nutricionista oncológico son la mejor forma de adaptar la dieta a cada fase del tratamiento.
¿Qué es el mieloma múltiple?
El mieloma múltiple es un cáncer de la médula ósea que afecta a los plasmocitos, células encargadas de producir anticuerpos. Su crecimiento descontrolado debilita el sistema inmunológico y genera lesiones óseas, anemia y problemas renales. Según datos del Instituto Nacional del Cáncer, en 2024 se diagnosticaron alrededor de 35.000 casos nuevos en España, y la tasa de supervivencia ha mejorado gracias a terapias como los anticuerpos monoclonales y el trasplante autólogo.
Relación entre nutrición y mieloma múltiple
Varios estudios observacionales realizados en centros oncológicos europeos indican que pacientes con una dieta basada en el patrón mediterráneo presentan menos episodios de infección y una recuperación más rápida de la masa ósea después del trasplante. La nutrición actúa sobre tres ámbitos críticos:
- Inflamación: alimentos ricos en antioxidantes (frutas, verduras, frutos secos) reducen marcadores inflamatorios como la proteína C‑reactiva.
- Salud ósea: calcio y vitamina D favorecen la mineralización, mientras que la proteína mantiene la densidad muscular que protege los huesos.
- Respuesta al tratamiento: una ingesta adecuada de energía y micronutrientes ayuda a tolerar la quimioterapia y a disminuir la pérdida de peso involuntaria.

Principios básicos de una dieta mediterránea para pacientes con mieloma
La dieta mediterránea se caracteriza por un alto consumo de verduras de hoja verde, legumbres, pescado azul, aceite de oliva virgen extra y frutos secos. Para los pacientes con mieloma, se recomienda adaptar este patrón a los siguientes puntos:
- Proteína de alta calidad: al menos 1,2‑1,5g por kilogramo de peso corporal al día, proveniente de pescado, pollo sin piel, huevos y legumbres.
- Grasas saludables: 20‑30% de las calorías totales de aceite de oliva, aguacate y nueces, especialmente omega‑3 (p.ej., salmón, sardinas).
- Carbohidratos complejos: cereales integrales (avena, quinoa, arroz integral) que aportan fibra para mantener la microbiota intestinal.
- Micronutrientes clave: vitamina D (500‑800UI diarios) y calcio (1200mg diarios) siempre que no haya contraindicación renal.
- Hidratación: 1,5‑2L de agua al día; los caldos y infusiones sin azúcar aportan líquidos y electrolitos.
Alimentos recomendados vs. alimentos a limitar
Grupo | Ejemplos | Beneficio principal |
---|---|---|
Proteínas magras | Pechuga de pollo, pavo, pescado azul, huevos | Preserva masa muscular |
Grasas omega‑3 | Salmón, sardinas, semillas de chía, nueces | Reduce inflamación |
Vegetales crucíferos | Brócoli, coliflor, repollo | Alto contenido de antioxidantes |
Frutas frescas | Frutos rojos, cítricos, manzana | Fibra y vitaminas |
Cereales integrales | Avena, quinoa, arroz integral | Control glucémico y fibra |
Lácteos fortificados | Yogur griego, leche descremada con D | Calcio y vitamina D |
Grupo | Ejemplos | Riesgo asociado |
---|---|---|
Azúcares refinados | Refrescos, dulces, pasteles | Incrementa inflamación y resistencia a la quimioterapia |
Alimentos ultraprocesados | Comidas listas, snacks salados, embutidos | Altas en sodio y grasas saturadas |
Grasas trans | Margarina, frituras industriales | Peor control del colesterol y mayor riesgo óseo |
Bebidas alcohólicas | Cerveza, vino, licor | Interfiere con la metabolización de fármacos |
Exceso de sal | Caldo concentrado, alimentos enlatados | Puede agravar la retención de líquidos |
Suplementos y micronutrientes clave
En muchos casos, una dieta equilibrada no cubre todas las necesidades de los pacientes bajo tratamiento. Los suplementos deben incorporarse siempre bajo supervisión médica para evitar interacciones con la quimioterapia u otras terapias.
- Vitamina D: 800‑1000UI al día ayuda a reducir la pérdida ósea. Su nivel sérico debe mantenerse por encima de 30ng/mL.
- Calcio: suplementos de 500mg en combinación con vitamina D son seguros para la mayoría, pero se deben monitorizar en caso de insuficiencia renal.
- Omega‑3 (EPA/DHA): 1‑2g diarios pueden mejorar la respuesta inmunitaria y disminuir la fatiga.
- Probióticos: cepas como Lactobacillus rhamnosus pueden ayudar a mantener la microbiota durante los antibióticos.
- Glutamina: algunos estudios sugieren que reduce la mucositis oral asociada a la quimioterapia, aunque la evidencia no es concluyente.

Adaptar la alimentación a los efectos secundarios del tratamiento
Los pacientes con mieloma múltiple suelen enfrentar varios efectos colaterales que pueden complicar la ingesta adecuada:
- Náuseas y vómitos: consumir alimentos frescos y fríos (ensaladas, yogur) en pequeñas porciones cada 2‑3h.
- Fatiga: priorizar comidas ricas en carbohidratos complejos y proteína al inicio del día para preservar energía.
- Alteraciones del gusto: usar hierbas aromáticas (orégano, romero) y variar texturas para estimular el apetito.
- Problemas renales: limitar la ingesta de proteínas de origen animal a 1,2g/kg y evitar alimentos ricos en fósforo (lácteos enteros, frutos secos en exceso).
- Pérdida ósea: asegurar el aporte calórico suficiente y incluir lácteos fortificados o alternativas vegetales con calcio y vitamina D.
Ejemplo de menú semanal para pacientes con mieloma múltiple
- Lunes: Desayuno: avena con semillas de chía, frutos rojos y leche descremada; Media mañana: yogur griego con nueces; Almuerzo: filete de salmón a la plancha, quinoa, brócoli al vapor; Merienda: batido de plátano y espinacas; Cena: tortilla de claras con espinacas y tomate, pan integral.
- Martes: Desayuno: tostada integral con aguacate y huevo poché; Snack: rodajas de pepino con hummus; Almuerzo: pechuga de pollo asada, ensalada de garbanzos, pimiento rojo; Merienda: manzana con mantequilla de almendra; Cena: sopa de lentejas, espárragos y queso feta.
- Miércoles: Desayuno: smoothie de kiwi, yogur y espirulina; Snack: puñado de almendras; Almuerzo: bacalao al horno, puré de patata dulce, coles de Bruselas; Merienda: pera; Cena: ensalada de quinoa, garbanzos, tomate cherry, aceite de oliva.
- Jueves: Desayuno: pan integral con queso fresco y miel; Snack: trozos de melón; Almuerzo: estofado de pavo con verduras mixtas, arroz integral; Merienda: yogur natural con frutos secos; Cena: pizza casera con base de coliflor, mozzarella ligera y rúcula.
- Viernes: Desayuno: muesli sin azúcar, leche de almendra y bayas; Snack: zanahorias baby con tzatziki; Almuerzo: ensalada tibia de atún, huevo cocido, aguacate; Merienda: batido de mango; Cena: fajitas de pollo con pimientos, tortilla de maíz integral.
- Sábado: Desayuno: pancakes de avena con compota de manzana; Snack: nueces; Almuerzo: paella de mariscos con arroz integral; Merienda: yogur con granola; Cena: sopa de calabaza, ensalada de espinacas y salmón ahumado.
- Domingo: Desayuno: tortilla española con patata hervida y cebolla, acompañada de tomate; Snack: kiwi; Almuerzo: asado de ternera magra, puré de coliflor, ensalada verde; Merienda: requesón con miel; Cena: tabla de quesos bajos en grasa, uvas y pan integral.
Próximos pasos y recursos útiles
1. Programa una cita con el nutricionista del hospital o con un dietista especializado en oncología.
2. Realiza un análisis sanguíneo para medir niveles de vitamina D, calcio y proteínas.
3. Utiliza una aplicación móvil de registro de alimentos para controlar la ingesta calórica y de micronutrientes.
4. Únete a grupos de apoyo locales o en línea (por ejemplo, la Asociación Española de Mieloma) para intercambiar recetas y experiencias.
5. Revisa las guías de la Sociedad Española de Oncología (SEOM) sobre nutrición y cáncer para mantenerte al día con las recomendaciones más recientes.
Preguntas frecuentes
¿Qué alimentos ayudan a fortalecer los huesos?
Los lácteos fortificados, el pescado azul, las almendras y los vegetales de hoja verde aportan calcio y vitamina K, esenciales para la densidad ósea. Complementar con vitamina D (sol exposición o suplementos) mejora la absorción del calcio.
¿Puedo seguir una dieta vegana durante el tratamiento?
Sí, siempre que se planifique cuidadosamente para cubrir la proteína (legumbres, tofu, tempeh), el calcio (brote de col, almendras) y la vitamina D (suplementos). Es fundamental monitorizar la función renal y los niveles de fósforo.
¿Cuánta agua debo beber al día?
Entre 1,5 y 2litros al día, ajustando según la actividad física y posibles depósitos de líquido. Los caldos claros y las infusiones sin azúcar también cuentan como hidratación.
¿Los suplementos de omega‑3 interfieren con la quimioterapia?
En general, los omega‑3 son seguros y pueden incluso reducir la inflamación inducida por la quimioterapia. No obstante, siempre consulte al oncólogo antes de iniciar cualquier suplemento.
¿Qué hago si pierdo el apetito durante el tratamiento?
Pruebe comer pequeñas porciones cada 2‑3horas, prefiera alimentos fríos o a temperatura ambiente, y añada sabores fuertes (limón, hierbas) para estimular el gusto. Los batidos nutritivos pueden aportar calorías sin resultar pesados.
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¡Vamos, equipo! La nutrición no es solo una tabla de números, es una herramienta poderosa para darle a tu cuerpo el combustible que necesita durante el tratamiento del mieloma múltiple. Añade fuentes de proteína magra como pollo, pescado y legumbres en cada comida, y no te olvides del yogur griego para ese extra de calcio y probióticos.
Los suplementos de vitamina D pueden marcar la diferencia en la salud ósea, sobre todo si pasas mucho tiempo en interiores.
Incluye pescados grasos como el salmón o la caballa para obtener omega‑3, que ayuda a reducir la inflamación.
Y recuerda, hidratarse bien es clave: agua, infusiones sin cafeína y caldos ligeros mantendrán tus niveles de energía estables.