- Ernesto Ballesteros
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Candidemia es una infección del torrente sanguíneo provocada por especies del género Candida, que afecta principalmente a pacientes inmunocomprometidos y, de forma crítica, a neonatos y niños hospitalizados. En el contexto pediátrico, la candidemia pediátrica representa una causa de sepsis con alta mortalidad y morbilidad, demandando diagnóstico rápido y tratamiento eficaz.
Epidemiología en la población infantil
Los estudios de vigilancia europeos y norteamericanos (2022‑2024) indican una incidencia de 1,5‑2,3 casos por 1.000 ingresos hospitalarios en unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN). En España, el Registro de Infecciones Invasivas muestra que el 65% de los episodios de candidemia ocurren en menores de un año, con una mortalidad que supera el 30% cuando se retrasan las terapias adecuadas.
Factores de riesgo específicos en niños
- Prematurez gestacional < 32 semanas y peso al nacer < 1500g: la barrera cutánea inmadura y la falta de inmunidad innata facilitan la translocación de Candida.
- Uso prolongado de catéteres venosos centrales más de 7días: los biofilms en dispositivos son reservorios de Candida albicans y otras especies no albicans.
- Antibióticos de amplio espectro p.ej. cefalosporinas, carbapenémicos: alteran la flora microbiota y favorecen el crecimiento fúngico.
- Inmunosupresión por corticoides, quimioterapia o trastornos genéticos.
Manifestaciones clínicas y pronóstico
Los niños con candidemia pueden presentar fiebre persistente, hipotermia, irritabilidad o deterioro hemodinámico. En neonatos, la sepsis fúngica a menudo se confunde con bacteriana, lo que retrasa la terapia dirigida. Un factor clave del pronóstico es la rapidez con la que se inicia el tratamiento antifúngico: iniciar dentro de las 24horas reduce la mortalidad en aproximadamente un 15%.
Diagnóstico: de la sospecha a la confirmación
El diagnóstico temprano depende de una combinación de métodos:
- Hemocultivo considerado patrón‑oro, aunque su sensibilidad ronda el 50‑70%. Repetir al menos dos veces mejora la detección.
- Pruebas de detección de beta‑D‑glucano antígeno de la pared celular de Candida, con sensibilidad del 80% y resultado en 2‑4h.
- Moléculas de PCR específicas para Candida spp., que permiten identificación a nivel de especie en menos de una hora.
El uso simultáneo de hemocultivo y beta‑D‑glucano es la estrategia recomendada por las guías de la Infectious Diseases Society of America (IDSA) 2023 para pacientes críticos.
Opciones de tratamiento antifúngico
El manejo terapéutico se basa en la especie aislada, la sensibilidad y el estado del paciente. Los antifúngicos de primera línea incluyen:
Fármaco | Dosis pediátrica | Espectro principal | Perfil de toxicidad |
---|---|---|---|
Fluconazol triazol de amplio espectro | 12mg/kg/día IV | C. albicans, C. parapsilosis | Hepatotoxicidad ligera, interacciones medicamentosas |
Caspofungina equinocandina de última generación | 50mg/m²/día IV | C. glabrata, C. krusei (resistentes a fluconazol) | Seguridad hepática, mínima interacción |
Anfotericina B liposomal polisacárido macrólido | 3mg/kg/día IV | Amplio, incluye especies no albicans | Nephrotoxicidad significativa, requiere monitorización renal |
Para la mayoría de neonatos estables se recomienda iniciar con fluconazol, mientras que en pacientes críticos o con aislamiento de especies resistentes se prefiere caspofungina o anfotericina B liposomal.

Duración y ajuste del tratamiento
La terapia debe mantenerse al menos 14días después de la primera evidencia microbiológica negativa y la resolución de la fiebre. En casos de aislamiento de C. glabrata o C. krusei, se prolonga a 21‑28días y se evalúa la necesidad de terapia de mantenimiento.
Prevención y control de brotes
Las medidas preventivas se centran en la reducción de factores de riesgo y en protocolos de higiene:
- Uso de catéteres impregnados con antibióticos o antifúngicos en unidades de alto riesgo.
- Rotación prudente de antibióticos de amplio espectro para evitar disbiosis.
- Implementación de barrera cutánea artificial en neonatos muy prematuros para disminuir la translocación microbiana.
- Vigilancia activa con pruebas de beta‑D‑glucano semanal en pacientes con exposición prolongada a catéteres.
En hospitales con brotes recurrentes, el análisis genómico de aislamientos de Candida spp. ayuda a trazar la fuente y a aplicar medidas de descontaminación ambiental.
Retos actuales y líneas de investigación
Los principales desafíos incluyen la creciente resistencia a azoles, la limitada disponibilidad de pruebas rápidas en centros con recursos escasos y la falta de datos pediátricos robustos sobre nuevas moléculas como la ibrexafungina. Los ensayos clínicos en curso (2025‑2026) buscan establecer dosis óptimas de echinocandinas en neonatos extremadamente prematuros y evaluar combinaciones de antifúngicos con inmunomoduladores.
Conclusiones clave para profesionales de salud
- La candidemia sigue siendo una causa crítica de sepsis en neonatos y niños críticos; la detección precoz salva vidas.
- Combinar hemocultivo con pruebas de beta‑D‑glucano y PCR mejora la sensibilidad diagnóstica.
- Escoger el antifúngico adecuado según la especie y el estado del paciente reduce mortalidad y efectos adversos.
- Las políticas de prevención, incluyendo catéteres impregnados y monitorización activa, son esenciales para evitar brotes.
Preguntas Frecuentes
¿Cuál es la incidencia de candidemia en neonatos prematuros?
Los estudios recientes en unidades de cuidados intensivos neonatales indican una incidencia de entre 1,5 y 2,3 casos por 1.000 ingresos, con mayor frecuencia en bebés < 32 semanas y peso < 1500g.
¿Qué prueba diagnóstica ofrece el mejor equilibrio entre rapidez y sensibilidad?
La combinación de hemocultivo y detección de beta‑D‑glucano en sangre proporciona resultados en menos de 4h con una sensibilidad aproximada del 80%, lo que la convierte en la estrategia recomendada por la IDSA.
¿Cuándo se debe preferir caspofungina sobre fluconazol?
Caspofungina se prefiere en pacientes críticos, en presencia de especies resistentes a azoles (p.ej. C. glabrata o C. krusei), o cuando el paciente muestra toxicidad hepática que contraindica fluconazol.
¿Cuál es la duración mínima del tratamiento antifúngico en niños con candidemia?
Se recomienda al menos 14días después de la primera muestra negativa y la resolución de la fiebre, aunque las infecciones por especies no albicans pueden requerir 21‑28días.
¿Cómo se pueden prevenir los brotes de candidemia en una UCIN?
Implementando catéteres impregnados con antifúngicos, rotación prudente de antibióticos de amplio espectro, vigilancia semanal de beta‑D‑glucano y protocolos de higiene estrictos, incluida la descontaminación ambiental guiada por genotipado de aislamientos.
¿Existe resistencia creciente a los azoles en la población pediátrica?
Sí. En los últimos cinco años, la resistencia a fluconazol ha aumentado del 5% al 12% en aislamientos de C. albicans y supera el 30% en C. glabrata, lo que refuerza la necesidad de pruebas de sensibilidad y de considerar echinocandinas como primera línea en algunos casos.