- Ernesto Ballesteros
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Verificador de hechos sobre Ivermectina y COVID-19
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¿La ivermectina reduce significativamente la mortalidad por COVID-19 en ensayos clínicos controlados?
La OMS recomienda la ivermectina como tratamiento de primer línea para COVID-19.
La ivermectina puede prevenir la infección por SARS-CoV-2 en personas sanas.
El uso off-label de ivermectina con dosis altas puede causar neurotoxicidad y daño hepático.
Los ensayos clínicos han demostrado que la ivermectina reduce significativamente la hospitalización por COVID-19.
Desde que la pandemia de COVID-19 se declaró en 2020, cientos de remedios han circulado en redes sociales y medios. Uno de los más polémicos es la ivermectina, un antiparasitario que algunos afirman curar o prevenir la enfermedad. Este artículo despeja dudas, revisa la evidencia clínica y muestra la postura de las principales autoridades sanitarias.
Puntos clave
- La ivermectina es un fármaco antiparasitario aprobado para tratar infecciones como la oncocercosis y la sarna.
- Los ensayos clínicos bien diseñados no han demostrado un beneficio claro de la ivermectina contra el COVID-19.
- Agencias como la FDA, EMA y la OMS desaconsejan su uso fuera de ensayos controlados.
- El uso off‑label con dosis altas puede producir efectos adversos graves, entre ellos neurotoxicidad.
- Vacunarse y seguir las medidas de prevención siguen siendo las estrategias más efectivas.
¿Qué es la ivermectina?
La ivermectina es un compuesto derivado de la avermectina, desarrollado originalmente como antiparasitario para animales y luego adaptado al uso humano en 1987. Se emplea para tratar enfermedades tropicales como la oncocercosis, la estrongilosis y la sarna. Su mecanismo consiste en bloquear canales iónicos de cloro en los nervios de los parásitos, provocando parálisis y muerte del organismo.
¿Cómo se pensó que podría actuar contra el SARS‑CoV‑2?
Los estudios invitro mostraron que la ivermectina inhibía la replicación del SARS‑CoV‑2 en cultivos celulares cuando se usaban concentraciones mucho mayores que las alcanzables con la dosis humana habitual. Ese hallazgo despertó la esperanza de que el fármaco pudiera servir como antiviral, aunque la magnitud de la dosis necesaria hizo que la comunidad científica fuera cautelosa.

Evidencia científica: ensayos clínicos y metaanálisis
Desde 2020 se han publicado más de 30 ensayos clínicos con ivermectina y COVID‑19. Los más rigurosos, con doble ciego y grupos placebo, no han encontrado diferencias estadísticamente significativas en mortalidad, ingreso hospitalario o tiempo de recuperación. Algunas revisiones sistemáticas destacan lo siguiente:
- Un metaanálisis Cochrane de 2022, que incluyó 18 estudios y 2500 pacientes, concluyó que la ivermectina “no reduce la mortalidad ni evita la progresión a enfermedad grave”.
- El grupo de la OMS señaló que la calidad metodológica de muchos estudios era baja, con riesgos de sesgo y tamaños de muestra insuficientes.
- Ensayos realizados en Brasil, India y Egipto, con dosis altas, reportaron efectos adversos neurológicos y hepáticos sin demostrar beneficios clínicos.
Postura de las autoridades sanitarias
Las principales agencias regulatorias han emitido comunicados oficiales:
- FDA (EE.UU.) rechaza la autorización de emergencia para la ivermectina en COVID‑19 y advierte contra su uso fuera de prescripción.
- EMA (Unión Europea) declara que “no hay evidencia suficiente para recomendar la ivermectina como tratamiento para COVID‑19”.
- OMS mantiene la recomendación de usar solo terapias con respaldo de ensayos controlados y aprobadas por organismos reguladores.
Riesgos y efectos adversos del uso off‑label
Cuando la ivermectina se administra en dosis superiores a las aprobadas, pueden aparecer:
- Neurotoxicidad: temblores, convulsiones y, en casos extremos, coma.
- Hepatotoxicidad: elevación de enzimas hepáticas y daño hepático reversible.
- Reacciones alérgicas: urticaria y, raramente, anafilaxia.
Estos efectos refuerzan la recomendación de no automedicarse y de seguir los protocolos de prescripción médica.

Uso recomendado y alternativas comprobadas
En la práctica clínica actual, los tratamientos con evidencia robusta contra COVID‑19 incluyen:
- Antivirales como nirmatrelvir/ritonavir (Paxlovid) y remdesivir, autorizados por la FDA y la EMA.
- Esteroides (dexametasona) en casos graves con inflamación sistémica.
- Vacunación con vacunas de ARNm, vectores adenovirales o subunidades proteicas, que reducen la hospitalización en más del 90%.
El enfoque debe priorizar estas opciones, mientras se mantiene la vigilancia de nuevos ensayos que pudieran cambiar la balanza de evidencia.
Tabla comparativa de evidencias
Intervención | Diseño del estudio | Resultado principal | Conclusión de la autoridad |
---|---|---|---|
Ivermectina (dosis estándar) | Ensayo aleatorio, doble ciego, n=1200 | No hubo reducción significativa de mortalidad (p=0.42) | FDA: No recomendado fuera de ensayo |
Placebo | Control en los mismos ensayos | Resultados similares a ivermectina | EMA: Evidencia insuficiente para cualquier efecto |
Paxlovid (nirmatrelvir/ritonavir) | Ensayo aleatorio, doble ciego, n=2000 | Reducción de hospitalización 89% | OMS: Recomendado en pacientes de alto riesgo |
Preguntas frecuentes
¿La ivermectina puede prevenir el COVID‑19?
Hasta la fecha, ningún estudio controlado ha demostrado que la ivermectina reduzca la infección por SARS‑CoV‑2 en personas sanas.
¿Cuáles son los riesgos de tomar ivermectina sin supervisión médica?
Dosis elevadas pueden causar neurotoxicidad, daño hepático y reacciones alérgicas graves. Además, el autocuidado puede retrasar la búsqueda de tratamientos con evidencia.
¿Qué recomienda la OMS sobre la ivermectina?
La Organización Mundial de la Salud afirma que no hay evidencia suficiente para recomendar la ivermectina como profilaxis o terapia para COVID‑19 y desaconseja su uso fuera de ensayos clínicos.
¿Existen tratamientos comprobados para COVID‑19?
Sí. Antivirales como Paxlovid, remdesivir y los corticoides en casos graves, junto con la vacunación, son las estrategias con respaldo científico.
¿Cómo puedo informarme si surgen nuevos datos sobre la ivermectina?
Consulte fuentes oficiales como la página de la FDA, la EMA o la OMS, y revise publicaciones en revistas peer‑reviewed antes de tomar decisiones médicas.
7 Comentarios
La verdad es que la ivermectina es solo una herramienta de los poderosos para distraernos mientras ellos ocultan la cura real del COVID. No nos engañen con ese cuento de “uso off‑label”. Cada dosis alta que venden es una prueba de la agenda oculta que quiere debilitar a la gente. Despierten y lean los estudios críticos antes de tomar cualquier pastilla.
En mi país siempre hemos confiado en la ciencia oficial, pero también valoramos el saber popular. Es importante que la información se comparta con respeto y sin alarmismo. Así evitamos que la gente se pierda entre mitos y datos reales.
Corrijo un detalle: la ivermectina nunca ha sido aprobada como antiviral, solo como antiparasitario. Además, el estudio in vitro citó concentraciones imposibles de alcanzar en ser humano.
No creo que la comunidad científica esté tan equivocada, simplemente aún no hemos encontrado la combinación perfecta. Aún así, siempre es bueno cuestionar.
Desde una perspectiva analítica, los endpoints de los ensayos con ivermectina carecen de poder estadístico. Los valores p reportados no alcanzan la significancia clínica. En consecuencia, la hipótesis nula permanece sin refutar. En síntesis, la evidencia es insuficiente.
Reflexionemos: la ciencia avanza mediante la duda y la prueba, no mediante la fe ciega en un compuesto. Cuando los datos no muestran beneficio, el principio ético exige que no lo promovamos. La vulnerabilidad del paciente no justifica la exposición a riesgos innecesarios. Por tanto, la ivermectina debe reservarse a ensayos controlados. La razón prevalece sobre la emoción.
Ah, claro, porque todo lo que no nos gusta es una conspiración, ¿no? Qué fácil es cambiar de postura cuando aparecen datos contradictorios. Mejor seguir creyendo en la magia de una pastilla.