Si has sentido un dolor punzante en el hombro al levantar el brazo, o una molestia en la rodilla al arrodillarte, probablemente no estés solo. Cada año, millones de personas en todo el mundo luchan contra dos condiciones que, aunque diferentes, suelen confundirse: bursitis y tendinitis. Ambas son inflamaciones de estructuras blandas alrededor de las articulaciones, pero tratarlas como si fueran lo mismo puede retrasar tu recuperación semanas, o incluso meses.
¿Qué es la bursitis y qué es la tendinitis?
La bursitis es la inflamación de una bursa, un pequeño saco lleno de líquido que actúa como cojín entre huesos, tendones y músculos. Tu cuerpo tiene alrededor de 160 bursas, pero solo unas pocas se inflaman con frecuencia: en el hombro (subacromial), el codo (olecranon), la rodilla (prepatelar) y la cadera (trocanteriana). Cuando una bursa se irrita, se hincha y se vuelve dolorosa, especialmente cuando presionas sobre ella o duermes del lado afectado.
La tendinitis, en cambio, afecta al tendón, el tejido fibroso que conecta el músculo con el hueso. Los tendones más comunes en problemas son el del manguito rotador en el hombro, el Aquiles en el tobillo y el rotuliano en la rodilla. El dolor de la tendinitis no es solo en un punto: sigue la trayectoria del tendón. Suele ser más intenso cuando mueves la articulación de forma específica -como al levantar el brazo, correr o subir escaleras- y puede sentirse como un tirón o una quemazón profunda.
La diferencia clave es simple: la bursitis duele cuando presionas, la tendinitis duele cuando mueves.
¿Por qué ocurren y quién las padece?
No son enfermedades de la vejez, pero sí se vuelven más comunes después de los 40 años. La causa principal es siempre la misma: uso repetitivo. No necesitas ser atleta para tenerlas. Si trabajas en una cocina, pintas paredes, usas mucho el ratón, tocas un instrumento musical o simplemente pasas horas en el jardín, estás en riesgo.
Estudios del Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional muestran que el 18,4% de los trabajadores de la construcción desarrollan bursitis por arrodillarse repetidamente. Los músicos profesionales tienen un 22,7% de probabilidad de sufrir tendinitis por movimientos rápidos y precisos. En Estados Unidos, más de 30 millones de visitas al médico cada año se deben a tendinitis, y 1,7 millones a bursitis.
Lo que muchos no saben: no siempre hay un trauma claro. A veces, una mala postura durante meses, un calzado inadecuado o incluso una debilidad muscular leve puede desencadenar la inflamación sin que notes nada hasta que el dolor se vuelve constante.
Diferencias clave: cómo saber cuál tienes
Confundir una con la otra es común -y costoso. Un estudio de la Asociación de Artroscopia de Hombro encontró que en el 65% de los casos de dolor de hombro, ambas condiciones coexisten. Pero si no sabes cuál es la principal, el tratamiento puede empeorar las cosas.
- Bursitis: Dolor más difuso, como una presión profunda alrededor de la articulación. Duele más por la noche, especialmente si te acuestas sobre el lado afectado. Puedes ver o sentir una pequeña hinchazón. El dolor mejora con descanso y hielo.
- Tendinitis: Dolor localizado en la línea del tendón. Se activa con movimientos específicos: al levantar el brazo, al saltar, al caminar cuesta abajo. No suele haber hinchazón visible, pero sí rigidez y debilidad. El dolor empeora con el uso, no con la presión.
Una prueba sencilla en casa: si al presionar con el dedo sobre un punto específico sientes un dolor agudo, probablemente sea bursitis. Si al mover la articulación en una dirección concreta sientes un tirón o pinchazo, probablemente sea tendinitis. Pero no confíes solo en esto: un ultrasonido tiene un 92% de precisión para confirmar el diagnóstico.
Tratamiento: lo que realmente funciona (y lo que no)
La buena noticia: en más del 95% de los casos, no necesitas cirugía. La mala: muchos se tratan mal desde el principio.
Primera línea: descanso, hielo y antiinflamatorios
La guía clínica del Colegio Estadounidense de Reumatología recomienda empezar con 7-10 días de descanso relativo, aplicación de hielo durante 15-20 minutos 3-4 veces al día, y antiinflamatorios no esteroideos (como ibuprofeno) por no más de 10-14 días. El hielo no es solo para aliviar: reduce la inflamación activa. Usa una botella de agua congelada y rodéala suavemente sobre el área afectada -muchos pacientes la califican como la técnica más efectiva en casa.
Segunda línea: fisioterapia y ejercicios específicos
La bursitis suele mejorar en 4-6 semanas con descanso y hielo. La tendinitis no. Aquí es donde muchos se equivocan: pensar que “más ejercicio = mejor”. La tendinitis crónica no es una inflamación aguda, sino una degeneración del tendón. Por eso, los ejercicios de fortalecimiento excéntrico son clave.
Para el tendón de Aquiles: el programa de Alfredson -180 repeticiones diarias de levantamientos de talones con una pierna, lentamente, durante 12 semanas- ha demostrado un 68% de mejoría sostenida a los 6 meses. No es fácil. No es rápido. Pero funciona. Para el hombro, los ejercicios de rotación externa con banda elástica, realizados con control, son más efectivos que los masajes o las inyecciones.
Inyecciones de cortisona: ¿sí o no?
Las inyecciones de corticosteroides ayudan mucho en la bursitis: hasta un 78% de los pacientes mejoran en 4 semanas. Pero en la tendinitis, la respuesta es solo del 52%. Y hay un riesgo: inyectar cortisona directamente en un tendón puede debilitarlo y aumentar el riesgo de rotura. El doctor Robert Simkin lo dice claro: “Inyectar un tendón inflamado puede dañarlo más de lo que lo ayuda”.
La recomendación actual: solo 2-3 inyecciones al año, y solo si el dolor es severo y no responde a otras medidas. Nunca como primera opción.
Errores comunes que retrasan tu recuperación
La mayoría de los pacientes que tardan más de 3 meses en mejorar lo hacen por los mismos errores:
- Seguir entrenando con dolor: Si el dolor supera el 3/10 durante el ejercicio, estás empeorando la lesión. El dolor “terapéutico” debe ser leve (2-3/10).
- Usar la misma técnica de ejercicio: Hacer flexiones con el codo dolorido o correr con rodilla inflamada no te hará más fuerte: te hará más daño.
- Confundir “dolor” con “esfuerzo”: Muchos piensan que si no duele, no está funcionando. No es así. La tendinitis crónica se cura con control, no con sufrimiento.
- Ignorar la postura: Un 82% de los pacientes que modifican su ergonomía en el trabajo (altura de la silla, posición del teclado, forma de cargar objetos) notan mejoría en 2 semanas.
Una historia común en foros como Reddit: personas que creían tener “tendinitis de hombro” y hacían ejercicios de rotación, pero en realidad tenían bursitis. Los ejercicios les hicieron daño. Fueron diagnosticadas correctamente después de 4 meses. Recuperaron su movilidad en 6 semanas con solo hielo y descanso.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
No necesitas ir al médico por un dolor leve que desaparece en 2-3 días. Pero si:
- El dolor dura más de 2 semanas sin mejorar
- Te cuesta dormir por el dolor
- Notas debilidad en el brazo o la pierna
- El área está roja, caliente o hinchada de forma inusual
Entonces es momento de ver a un fisioterapeuta o reumatólogo. Los terapeutas de mano certificados (disponibles en el 87% de centros médicos grandes) pueden diseñar un plan personalizado. Un ultrasonido no es caro ni invasivo, y puede evitar meses de prueba y error.
El futuro del tratamiento: nuevas herramientas
La medicina está avanzando. La terapia con plasma rico en plaquetas (PRP) ha demostrado ser más efectiva que la cortisona para tendinitis crónica a los 6 meses, aunque cuesta unos 850 dólares por inyección. La terapia con ondas de choque ha mostrado un 58% de reducción del dolor en fascitis plantar (una forma de tendinitis). Y dispositivos como el Apple Watch, con algoritmos que detectan patrones de movimiento riesgosos, podrían prevenir lesiones antes de que ocurran.
Pero lo más poderoso sigue siendo lo básico: descansar, moverse bien y no forzar. La inflamación no es tu enemiga: es tu cuerpo pidiendo ayuda. Escucha.
Consejos prácticos para empezar hoy
- Aplica hielo 3 veces al día durante 15 minutos, especialmente después de actividad.
- Evita los movimientos que te duelen. No es debilidad, es estrategia.
- Usa una botella de agua congelada para masajear suavemente el área afectada.
- Revisa tu ergonomía: silla, escritorio, postura al usar el teléfono.
- Si el dolor supera el 3/10 durante el ejercicio, detente.
- No te apresures: la tendinitis tarda 12-16 semanas en curarse con ejercicios correctos.
No hay milagros. Pero sí hay un camino claro. Y tú puedes recorrerlo.
¿La bursitis y la tendinitis son lo mismo?
No. La bursitis es inflamación de una bolsa de líquido (bursa) que amortigua las articulaciones, mientras que la tendinitis es inflamación del tendón, el tejido que une el músculo al hueso. Aunque pueden ocurrir juntas, su tratamiento es diferente: la bursitis responde mejor al descanso y hielo, y la tendinitis requiere ejercicios específicos de fortalecimiento.
¿Puedo seguir ejercitándome si tengo tendinitis?
Sí, pero con cuidado. No debes hacer movimientos que te duelan. En su lugar, enfócate en ejercicios excéntricos controlados, como los levantamientos lentos de talones para el tendón de Aquiles. El dolor durante el ejercicio no debe superar el 3/10. Si supera ese nivel, estás dañando más el tendón.
¿Las inyecciones de cortisona curan la tendinitis?
No las curan, solo alivian temporalmente. En la tendinitis, las inyecciones ayudan solo al 52% de los pacientes a las 4 semanas, y pueden debilitar el tendón si se aplican directamente sobre él. Son útiles solo si el dolor es muy intenso y no respondes a otros tratamientos. Nunca deben ser la primera opción.
¿Cuánto tiempo tarda en curarse una tendinitis?
Depende de la gravedad y del tratamiento. Una tendinitis leve puede mejorar en 4-6 semanas con descanso y hielo. Pero una crónica, como la del tendón de Aquiles, requiere entre 12 y 16 semanas de ejercicios específicos. La paciencia es clave: saltarte fases o forzar el movimiento retrasa la recuperación.
¿Por qué me duele más por la noche?
Si duele más al acostarte, probablemente sea bursitis. Las bursas se inflaman y se comprimen cuando estás en posición estática, especialmente si duermes sobre el lado afectado. El dolor de tendinitis, en cambio, suele ser más activo durante el movimiento, no en reposo.
¿Es normal tener bursitis o tendinitis sin haber sufrido un trauma?
Sí. Muchas veces no hay un accidente claro. La inflamación se desarrolla por uso repetitivo, mala postura, debilidad muscular o incluso cambios en la biomecánica del cuerpo con la edad. Estudios muestran que el 40% de las personas mayores de 50 tienen signos de bursitis o tendinitis en resonancias, pero no sienten dolor. La clave es el síntoma, no la imagen.
¿Qué tan efectivo es el hielo?
Muy efectivo, especialmente en las primeras 48-72 horas. El hielo reduce la inflamación y el dolor agudo. Usar una botella de agua congelada y rodarla suavemente sobre la zona afectada es una técnica popular y comprobada por pacientes. Muchos la califican como la más útil en casa.
¿Puedo prevenir la bursitis y la tendinitis?
Sí. Fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones, mantener una buena postura, evitar movimientos repetitivos sin descanso, y usar equipo adecuado (como rodilleras si arrodillas mucho) reduce el riesgo. También es útil hacer estiramientos suaves diariamente y escuchar a tu cuerpo: si algo duele, no lo ignores.